El club en el que el entusiasmo marca el ritmo

míriam vázquez fraga VIGO / LA VOZ

O PORRIÑO

XOAN CARLOS GIL

El Ximnasia Porriño comenzó en el 2009 con diez niñas y ahora son 150 «enamoradas» de esta disciplina

25 abr 2017 . Actualizado a las 00:25 h.

La gimnasia rítmica se hace un hueco en O Porriño a ritmo de vértigo. El club local de la disciplina solo tiene ocho años de vida en los que ha pasado de las diez niñas con las que comenzaron a las 150 que son actualmente. Su presencia en los podios gallegos es cada vez más habitual en un deporte donde el entusiasmo compensa el sacrificio que requiere. Ese es el secreto según la entrenadora que fundó el Club Ximnasia Porriño, Tania Gracia, ahora acompañada por otras tres preparadoras.

Ella sostiene que «los niños dan muchas vueltas probando diferentes deportes hasta que dan con el que de verdad les enamora y ya no se mueven». A ella le sucedió con la rítmica. «Empecé tarde, a los diez años o así porque iban otras compañeras y me encantó», recuerda. Ya nunca se ha desligado. «Con 17 años estaba en el Lavadores de Vigo pensando en retirarme, porque la vida deportiva de esta disciplina es muy corta. Coincidió con que mi entrenadora se iba a Madrid y me propuso hacerme cargo».

Así comenzó su primera experiencia como técnico. «¡Es tan diferente! A esa edad piensas que lo sabes todo, pero no, y me costó mucho», admite. Poco a poco se fue formando y se acostumbró a vivirlo del otro lado y a gestionar la responsabilidad que conlleva. «Ya no he parado nunca y si me dicen de dedicarme a otra cosa no sabría. Me gusta tanto que ni siquiera lo entiendo como un trabajo».

Y la base de su labor es transmitir a las deportistas esa misma pasión que a ella le ha guiado siempre en su vínculo con la gimnasia. «Las más pequeñas empiezan con tres o cuatro años y con ellas no haces gimnasia como tal, sino juegos adaptados a la gimnasia. La prioridad es que les gusten, que disfruten y cuando van creciendo y ya tienen más desarrollada la psicomotricidad, vamos avanzando con otros conceptos para encaminarnos a la competición».

La coordinación y la flexibilidad son cualidades que facilitan mucho la práctica de este deporte. Además de unas buenas condiciones físicas generales. Pero no hay ningún requisito imprescindible con la única excepción del espíritu de sacrificio y la capacidad de superación. «Hay niñas con cualidades innatas que hay que pulir y otras con las que tienes que trabajar más a lo largo del tiempo para que las adquieran», señala. No cierran las puertas a nadie: «Si una niña se esfuerza y vemos que le gusta, aunque no tenga unas condiciones increíbles, intentamos que pueda seguir evolucionando en la gimnasia amateur».

Reconoce Tania que «las cosas que luego ves estéticamente más vistosas son las que más tiempo cuesta conseguir». Por eso se juega también con la diferente dificultad que implica cada uno de los cinco aparatos (cuerda, aro, pelota, mazas y cinta). «A medida que trabajas con ellos se va complicando. Cuerda y pelota son más fáciles porque están más familiarizadas. Con el resto cuesta un montón y todo es a base de repetir constantemente. de ahí que sea importante buscar maneras para que les resulte divertido».

Cuentan con un grupo de competición de 56 gimnastas divididas en los cuatro niveles que marca la Federación y poco a poco han ido avanzando hasta poder presumir ahora de podios en «prácticamente todas las competiciones gallegas». El año pasado se clasificaron por primera vez para el Campeonato de España y este año repetirán. Además, una gimnasta suya fue convocada para un entrenamiento con la selección española. Todo, fruto del sacrificio y el entusiasmo.