Dos excesos de velocidad en los últimos cinco minutos del tren de O Porriño

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

O PORRIÑO

Imagen de los vagones del tren Celta desde la parte trasera después del descarrilamiento.
Imagen de los vagones del tren Celta desde la parte trasera después del descarrilamiento. XOAN CARLOS GIL

El convoy accidentado en O Porriño tuvo un exceso de velocidad previo al descarrilamiento, al entrar a 59 por hora en una zona limitada a 30. Antes de salirse de la vía, aceleró en vez de frenar

20 sep 2016 . Actualizado a las 08:55 h.

¿Qué pasó en la cabina del tren Celta que descarriló en O Porriño? La Voz ha tenido acceso a los datos de la caja negra de los últimos cinco minutos previos al descarrilamiento ocurrido el pasado día 9, con el balance de cuatro muertos y medio centenar de heridos. En la gráfica de este dispositivo se desvelan varias circunstancias que no fueron hechas públicas por el Tribunal Superior de Xustiza cuando se volcaron los datos en el juzgado de O Porriño. La primera es que el tren tuvo un exceso de velocidad previo al que provocó el accidente, también en una limitación a 30 por hora. Y la segunda es que, tras reconocer las dos alertas L1 que le avisaban de que debía reducir a 30 por acercarse a una vía desviada, en lugar de reducir la marcha, aceleró.

Los maquinistas consultados no dan crédito a este extraño tramo final del recorrido del tren internacional. En un primer momento, a las 9.23 horas, el convoy circula con normalidad frente al edificio de viajeros de la estación de Louredo-Valos. Las tres balizas que hay en este punto -entre ellas las dos de salida de la estación- reflejan una aceleración moderada, pasando de 55 a 63 kilómetros por hora. Quedan cinco minutos y ocho kilómetros para el fatal desenlace.

Instantes después, sin embargo, se produce la primera anomalía. En el kilómetro 159,183 pasa por una baliza que le avisa de que se acerca a una limitación temporal de velocidad a 30 por hora. En ese momento circula a 73 por hora. Lejos de reducir la marcha -el sentido de estas señales es proporcionar un margen para una frenada suave-, el tren se pone a 84 por hora. Esto no quiere decir necesariamente que el maquinista acelere, pues este tramo es en pendiente y solo con la inercia podría explicarse el aumento de velocidad.

El freno funcionó

Poco después el tren empieza a frenar. Los técnicos consultados destacan este punto, pues significaría que, al menos cuatro minutos antes del accidente, los frenos funcionaban. No obstante, la reducción de velocidad no es suficiente. El tren entra en la zona limitada a 30 a 59 por hora, prácticamente el doble de la velocidad permitida, y sale a 55 km/h. Maquinistas consultados no se explican esta primera infracción. ¿Estaba la señalización en perfecto estado? ¿Había algo que ya distraía al maquinista antes del descarrilamiento?

Este exceso de velocidad previo ya habría supuesto una urgencia -una frenada del sistema de control en vía- si el tren estuviera equipado con ASFA digital. Pero solo llevaba el analógico o convencional y, si se reconocen los avisos de las señales, no actúa sobre los excesos de velocidad.

El tren sigue acelerando de forma moderada. Por las siguientes balizas pasa a 82 y 84. A partir de las 9.27 horas supera los 100 por hora y cuando llega al primer aviso -la baliza previa de la señal avanzada- de que va a circular por una vía desviada en el entorno de la estación de O Porriño va a 104 por hora. Poco después pasa a 106 por una baliza de limitación temporal a 120. Y luego llega la señal avanzada propiamente dicha que le da el segundo aviso acústico, que el maquinista también reconoce, pero sin que el convoy reduzca la velocidad. En ese momento circula a 109.

Cuando reconoce el primer aviso no solo no reduce la velocidad, sino que el tren acelera, pasando de 104 a 118, que es la velocidad que llevaba el tren cuando descarrila. Pasa por dos balizas a esa velocidad. También por la aguja número 2 «en posición invertida» y justo después se produce el descarrilamiento, a las nueve horas, 28 minutos y 30 segundos.

La caja negra aún proporciona algunos datos más después de que el tren se sale de la vía. Primero se produce la «pérdida de eficacia del sistema ASFA» por causa del accidente. Y, poco después, el paso por la aguja 4 a 116 por hora. El tren está ya descarrilado y el último dato registrado es una velocidad de 108 por hora.