Para amantes, pero no de las aves

alejandro martínez O PORRIÑO / LA VOZ

O PORRIÑO

ALEJANDRO MARTINEZ MOLINA

Muchas parejas encuentran intimidad en el observatorio natural de As Gándaras de Budiño y cientos de preservativos usados y de papeles sucios inundan la zona

08 abr 2016 . Actualizado a las 13:40 h.

El observatorio ornitológico de As Gándaras de Budiño es un lugar que atrae más a parejas que buscan intimidad que a los amantes de las aves que habitan en los humedales. Las casetas de madera que sirven de escondite para apreciar el entorno natural sin entrometerse son usadas habitualmente por parejas para dar rienda suelta a su pasión sin ser molestadas. Debido a la falta de limpieza del entorno, una gran cantidad papeles sucios y de preservativos usados, así como excrementos, predominan en la zona de vegetación cercana a las cabañas. Los desperdicios se acumulan bajo estas construcciones creando un problema sanitario en un espacio protegido catalogado como Lugar de Interés Comunitario de la Red Natura 2000.

La zona es frecuentada por muchas personas que buscan privacidad porque se trata de un lugar solitario que dispone de un buen acceso por carretera y aparcamiento. La existencia de un contenedor de basura colocado por el Ayuntamiento no impide que muchos usuarios continúen arrojando al medio natural productos de deshecho. La maleza que crece en la zona dificulta también tener una buena visibilidad cuando se persigue el propósito original de contemplar el comportamiento de los pájaros.

Denuncia ecologista

La asociación coordinadora de protectoras de Pontevedra (Acopo) ha alzado su voz en las redes sociales por medio de la divulgación de un vídeo en el que denuncian el deterioro de un hábitat único en España, del que hacen responsables a la «pésima gestión del Ayuntamiento y de la Xunta de Galicia». Los ecologistas reclaman la limpieza de este entorno y apelan a una mayor concienciación ciudadana para no ensuciar un espacio protegido. Al mismo tiempo, señalan que las Gándaras de Budiño pasaron de ser una joya natural rebosante de vida hace tan solo 20 años a un desierto. En el trabajo audiovisual muestran fotografías en las que se aprecia el deterioro de los humedales con el paso de los años y la existencia de vertidos de aguas contaminantes que han provocado mortandades de peces.

Al mismo tiempo, critican que fueran invertidos más de 400.000 euros en un centro de interpretación de la naturaleza que nunca llegó a abrir y quedó reducido a escombros en un espacio que en otro tiempo «era un lugar privilegiado para el galápago europeo y hoy está en riesgo de extinción».