O Porriño reclama la devolución de 44 viviendas que el catastro sitúa en Mos

Luis Carlos Llera Llorente
Luis Carlos Llera O PORRIÑO / LA VOZ

O PORRIÑO

Los vecinos se sienten porriñeses, pero el Estado les cambió de población

18 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un total de 44 viviendas situadas en la zona fronteriza entre Mos y O Porriño sufren un conflicto jurídico. El problema es que en el año 2010 hubo una revisión catastral y «no se sabe por qué», -según manifestó el concejal de Urbanismo, Marcelino Coto- un grupo de pisos que estaban inscritas en el municipio porriñés, donde pagaban el impuesto de bienes inmuebles, empezaron a abonarlo en el pueblo colindante. El órgano de recaudación de impuestos de la Diputación, el ORAL, comenzó a girar los recibos a nombre del Concello de Mos.

La presidenta de la Diputación, Carmela Silva, se comprometió ayer con las autoridades municipal a hacer alguna gestión ante el servicio de catastro, «pero siempre desde el máximo respeto las competencias de cada administración y de una manera de constante diálogo entre todos los implicados». El concejal de Urbanismo, Marcelino Coto, manifestó que «habría que volver a la situación que existía antes del 2010».

Los límites entre ambos municipios han sido tradicionalmente objeto de disputas y se han ido modificando. Ayer, en la zona de la calle Buenos Aires, situada junto a la rotonda donde está la frontera, aseguraban que un negocio pertenecía a O Porriño pero que en las viviendas de esa misma manzana se habían producido problemas con los recibos a la vuelta de la esquina.

«Aunque la adscripción a Mos pudiese favorecer económicamente a algunas personas, los que viven en dichas viviendas limítrofes se sienten de O Porriño y hacen vida en el municipio. Algunos me han venido casi con lágrimas en los ojos pidiendo que se resuelva este asunto», relata Coto. Y es que incluso a la hora de morir no hay nada seguro, porque parte del velatorio que está ubicado en Mos y otra parte, en O Porriño.

Coto señala que es una situación «absurda» como también lo es el hecho de que algunas empresas están situadas en pleno linde entre ambos municipio de manera que, si quieren hacer una reforma, tienen que pedir licencia en los dos municipios. «Hay que clarificar las cosas con el criterio de que si la mayor parte de una fábrica está en un sitio se quede toda la instalación en ese municipio», señala el concejal de Urbanismo. El comité de deslindes nombrado hace unos años no dio los resultados apetecidos por ambos concellos.