Los ladrones atacaron tres viviendas en menos de una hora
02 dic 2016 . Actualizado a las 23:57 h.Nueve robos en apenas dos semanas en el barrio de A Gándara de Mos han generado una gran alarma social entre los vecinos. Ante la falta de protección que sienten, han decidido salir a patrullas las calles para intentar prevenir este fenómeno. Al mismo tiempo, han creado un grupo de Whatsapp para avisarse mutuamente en el caso de observar alguna persona sospechosa deambulando por la zona. Ayer mismo se pusieron en alerta por un individuo que se acercó a una vivienda y empezó a observar por encima del muro de cierre.
Los amigos de lo ajeno tienen una total sensación de impunidad en esta localidad. Tanto es así que tres de los asaltos a viviendas se produjeron en un radio de no más de 150 metros y en menos de una hora. La preocupación se ha extendido porque afirman que las fuerzas del orden no acuden todo lo rápido que desearían. La causa es que el instituto armado manda patrullas desde Fornelos de Montes o Soutomaior, pese a que existen cuarteles en O Porriño y Mos. «De nada sirve que avisemos de algo sospechoso y tarden media hora en venir», señala Miguel Barros, uno de los vecinos afectados, a quien desvalijaron su casa tras forzar una ventana y una persiana. Los vecinos creen que los delincuentes estudian sus movimientos y aprovechan cuando no se encuentran en sus casas para entrar por la fuerza. «Buscan oro, joyas y dinero», señala Ángel, que posee un negocio de estilismo en el barrio y a quien también intentaron robar.
La preocupación es generalizada. «Esto es un sin vivir, nos sobresaltamos con cualquier ruido», añade. A Patricia, otra vecina, le revolvieron todas las habitaciones y se apoderaron de todos sus objetos de valor. «Fui con el niño a dar una vuelta y me avisaron de que estaban robando en casa de mi tía, mientras fui sonó la alarma del vecino y me di cuenta de que en mi casa también habían entrado». Los vecinos se han reunido con la alcaldesa, Nidia Arévalo, y con responsables de la Guardia Civil, que han prometido una solución. Pero mientras esta no llega, continúan con una gran inquietud y saliendo a la calle a vigilar para proteger sus bienes.