Dos niños de Moaña y Oleiros necesitan 28 toneladas de tapas

Monica Torres
Mónica Torres TOMIÑO / LA VOZ

MOAÑA

Tienen parálisis cerebral y precisan sesiones de fisioterapia

27 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que Diogo Farinhoto explicó a los gallegos cómo coleccionando tapones podía costearse una prótesis para sustituir el brazo sin el que nació, el Banco de Tapones O Baixo Miño (Banta), ha conseguido 300.000 kilos de estas piezas de plástico para 25 niños de Galicia. «Ahora tenemos miles de voluntarios y más de 450 puntos de recogida», confirma el presidente, Manuel Porto tras cuatro años de actividad.

Sus nuevos amigos son Brais Gil, de Moaña, y Jorge Osa, de Oleiros. Se conocerán este sábado en Tomiño, cuando arranque la nueva campaña, que pretende reunir 3.000 euros para cada una de las familias. Al peso, son casi 14 toneladas de plástico por cabeza. Los dos menores, de 12 y 10 años tienen parálisis cerebral y necesidades específicas difícilmente asumibles económicamente.

En el hogar de Brais son cinco bocas que alimentar con una prestación por incapacidad permanente y una ayuda de dependencia que suman 700 euros. Solo para cubrir las necesidades básicas de alimentación, fisioterapia y medicinas de las que depende pero que no cubre la Seguridad Social, hacen falta 1.500 al mes. «Esto se hace estirando el dinero y con mucho amor», asegura su madre, Silvia Rodríguez, destacando el apoyo incondicional de sus otros dos hijos. A la parálisis le siguieron otros diagnósticos de patologías y enfermedades con nombres raros que limitan aún más su día a día. Las últimas, epilepsia y enterocolitis eosinofílica.

«Brais es consciente de todo lo que pasa a su alrededor, pero cada día tiene una enfermedad nueva y él mismo dice que no va a curarse nunca, lo pasa mal», explica su madre. Con esos 3.000 euros asegurarán varios meses de fisioterapia y alimentación. Es alérgico a casi todo por lo que su dieta es tan limitada como cara ya que solo admite leche, pan o tortitas de arroz, con aceite de herbolario y carne, además de los batidos que toma por sonda.

Jorge también tiene dos hermanos: Marcos de 12 y Noa, que es su melliza. «Ellos son su mejor estímulo y apoyo, pero él nos ha hecho mejores a todos», indica su madre, Sandra Fernández. La rehabilitación es también su prioridad. «Ya perdí la esperanza de que pueda caminar pero si no hay rehabilitación la espasticidad aumentan, se acortan los músculos y aumentan los dolores», señala Sandra. Esta ayuda de Banta es también urgente para un tratamiento de fibrotomía.