Menduiña: las raíces exóticas de la Patagonia con la tradición de Moaña

B. Cedeira VIGO / LA VOZ

MOAÑA

Oscar Vázquez

«Tenemos 8 variedades de cerveza, a veces hasta 13. Hemos sacado una hecha con flores de saúco; otra con lima y laurel»

29 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El último capítulo de la historia de la cerveza Menduiña de Moaña se escribió la semana pasada, cuando la cerveza fue galardonada en Barcelona con tres premios en el Campeonato Nacional de Cervezas (CNC). Sin embargo, este relato, cuyos protagonistas son de Alberte Fernández y Valeria Eftimoff, los creadores y fabricantes de la cerveza, comenzó hace ya 12 años en la Patagonia.

Valeria vivía en la Tierra del Fuego, en el sur de la República de Argentina, donde conoció a Alberte, quien ya por aquel entonces era todo un obsesionado con la cerveza. Al tiempo, acabarían viniendo a vivir a Cangas. «Aunque lo teníamos como un pasatiempo, vimos la posibilidad de convertirlo en un negocio», relata Efftimoff. En el año 2011 nacía la cerveza Menduiña, cuya fábrica, manejada solamente por ellos dos, se sitúa en Darbo, entre Cangas y Aldán.

Aunque la desarrollan al margen de su trabajo principal, se lo han tomado muy en serio: «Contamos con ocho variedades, pero en ocasiones llegamos a tener hasta 13 tipos distintos a la venta», asegura Valeria. La amplia gama de lúpulos que se pueden emplear conducen a la cerveza a una suerte de buffet libre, de tal calibre que toda clase de aromas y regustos tienen cabida en un vaso de rubia o de negra: «Ya hemos sacado una variedad hecha con flores de saúco», afirman. En Barcelona triunfaron con la variedad Lobishome de lima fresca y laurel, la única apta para celíacos de toda Galicia.

La venden en toda Galicia aunque también en Madrid y Barcelona. Ahora, el sueño del lúpulo y maltas que comenzó en la Patagonia prosigue en Moaña.