Medio siglo buscando la excelencia turística en O Val Miñor

Alejandro Martínez BAIONA / LA VOZ.

BAIONA

Oscar Vazquez

Baiona y Nigrán se han especializado durante décadas en mejorar la atención a sus visitantes

02 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Baiona / La Voz. La Voz ha sido testigo de la transformación de la comarca de O Val Miñor durante últimas décadas hasta convertirse en uno de los principales destinos turísticos de Galicia. Los habitantes han sabido mantener la gran tradición pesquera y marisquera de la costa de Baiona y de Nigrán y, al mismo tiempo, adaptarse a las demandas de miles de visitantes que cada año eligen ambos municipios para disfrutar de su tiempo de ocio. Las playas con banderas azules, una interesante oferta gastronómica en muchos de sus restaurantes, la posibilidad de disfrutar de actividades náuticas en una bahía tranquila con puertos deportivos o la belleza de sus montes con su red de pistas forestales y restos arqueológicos hacen de O Val Miñor un entorno privilegiado.

La especialización turística del Miñor ha crecido, hasta el punto de que hoy en día es la principal fuente de recursos de la comarca.

La mayor parte de las inversiones públicas realizadas durante las últimas décadas han estado orientadas a potenciar este sector. En 1999 abrió la autopista que facilita las comunicaciones de O Val Miñor con el resto de Galicia y con la Meseta. Los municipios lograron cerrar durante estos años sus vertederos incontrolados de basura que contaminaban el medio ambiente. Baiona abrió hace siete años una depuradora preparada para el tratamiento de las aguas residuales de una población que se triplica durante la temporada estival. La villa aprovechó su historia como pueblo del Descubrimiento para desestacionalizar el turismo con la Festa da Arribada y la réplica de la Carabela Pinta es uno de los elementos turísticos más visitados de Galicia.

La comarca experimentó un bum inmobiliario cuando, a mediados de los 80, comenzó a fraguarse el turismo de masas. La demanda residencial dio paso a la creación de nuevos barrios, como Os Tendales, en Baiona. El desarrollo urbano se hizo también a costa de perder valores naturales como, por ejemplo, el sistema dunar de la playa de Panxón, que fue destruido para dar paso a una avenida marítima. Esta zona está inmersa desde hace una década en un proyecto de regeneración que ha supuesto la desaparición de algunos tramos del paseo.

La comarca continúa mirando al futuro para que las siguientes generaciones puedan seguir disfrutando de un entorno privilegiado. Ordenar el planeamiento y eliminar todos los vertidos que desembocan en el río Miñor son dos grandes retos. El presidente del Centro de Iniciativas Turísticas, Darío Álvarez, señala también la necesidad de contar con una conexión marítima con las islas Cíes desde Praia América o Panxón. «Prolongaría la temporada alta, atraería visitantes y tendríamos más presencia en folletos de información turística», destaca este portavoz empresarial.