«Me levanté en la playa. Había dos soldados y me llevaron al hospital»

M.T. BAIONA

BAIONA

CEDIDA

La única superviente del naufragio del «Tahalasaa», en 1948, visita el Museo del Mar de Baiona

29 jul 2015 . Actualizado a las 17:31 h.

El Museo Casa de la Navegación de Baiona ha recibido una visita muy especial, la de Arnhild Utheim, única superviviente del naufragio del Thalasa en 1948. La noruega, realizó un recorrido por las exposiciones del museo parándose con especial interés en la parte dedicada a los naufragios.  Arnhild complementó las explicaciones del guía del mueso al relatar muy emocionada sus recuerdos de la tragedia, todavía nítidos pese a haber transcurrido seis décadas desde el 31 de diciembre de 1948. «Tengo grabada la imagen de cuando me levanté en la playa por la mañana. Había dos soldados y me llevaron a un hospital». Solo un día antes, el yate Thalassa, en el que navegaba con sus padres, sus dos hermanos y otras diez personas, había zarpado desde Vigo rumbo a las Islas Galápagos, donde su padre iba a trabajar. Ante la marejada que empeoraba, el capitán decidió regresar. Pero ya no fue posible. Un terrible golpe de mar partió en dos la embarcación y Arnhild fue la única superviviente. «Después de una semana de cuidados me llevaron a Madrid para partir de nuevo a Noruega», donde quedaría al cuidado de una tía hasta que se casó y formó su propia familia. 

La noruega, que tenía diez años de edad cuando el barco se hundió frente a la costa de Baiona, a pocos metros de Cabo Silleiro, mostró mucho interés por los otros naufragios acaecidos en la villa. 

El alcalde de Baiona, Jesús Vázquez Almuiña, el concejal de Medio Ambiente, Ángel Rodal y la edila de Turismo, María Rodríguez, quisieron arropar a la superviviente en esta visita tan significativa. Arnhild Utheim, no visitaba la villa desde el año 2012, cuando el Concello de Baiona rindió homenaje en un emotivo acto a los náufragos del Thalassa. Tras su paso por el mueso de la navegación, Utheim se dirigió a la Casa Consistorial para firmar en el libro de honor del Concello de Baiona dónde sus palabras dejaron por escrito constancia del enorme agradecimiento y aprecio que esta superviviente muestra por la villa de Baiona. La noruega no ignora que en esta tierra vivió el drama de su vida pero tampoco olvida a los baioneses que se volcaron con su historia.