La plaga del carrizo amenaza la flora autóctona de O Val Miñor

Monica Torres
mónica torres GONDOMAR / LA VOZ

BAIONA

La planta invasora se ha expandido por la comarca tras la construcción de la autopista

28 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Una planta exótica, tan bonita como peligrosa, amenaza la flora autóctona de la comarca de O Val Miñor. La advertencia llega tras el estudio realizado por el biólogo Miguel Ángel Fernández Martínez con el profesor José Nieto, y cuyos resultados se han presentado ante el Instituto de Estudios Miñoranos.

Las conclusiones obligan a una actuación inmediata. «Esta especie invasora está en todo O Val Miñor», confirma Miguel Ángel Fernández. La investigación apunta a que el carrizo de la Pampa o cortaderia llegó a la comarca con la autopista, hace algo más de dos décadas. Su proliferación sería similar a la de otros puntos del norte peninsular, ya que desde la década de los 80 se empleó como planta ornamental e incluso en las medianeras de las autpoistas como pantalla visual. A día de hoy se considera como una de las veinte especies exóticas invasoras más dañinas presentes en España.

La población en O Val Miñor es preocupantes por lo que, a raíz del trabajo de campo desarrollado para este estudio, los expertos urgen una actuación inmediata para frenar su afección a los espacios protegidos que ya están expuestos. Los focos de mayor densidad, con miles de plantas, están en las zonas alteradas, como Porto do Molle o las inmediaciones de las salidas de la autopista en Gondomar. Su capacidad de diseminación es sorprendente. «Una sola planta tiene hasta 300.000 semillas con capacidad para dispersarse a 25 kilómetros de distancia, por lo que hay que centrar los esfuerzos en proteger las zonas naturales de mayor valor», señala.

En este grupo se encuentran grandes espacios de la Red Natura como los sistemas dunares de Praia América y Baiona, con ecosistemas endémicos, las marismas de A Ramallosa o toda la ribera del río Miñor. Baiona encargó el año pasado una actuación de limpieza en la zona dunar que asumió la empresa Estela Loxística.

El protocolo que sugiere el experto es similar al que han puesto en marcha en otros puntos como Guipúzcoa o Sada. Miguel Ángel Fernández explica que, hasta que no se consigan los fondos económicos y materiales para poder arrancar todas las plantas, es necesario cortar los plumachos. Esta medida amortiguaría una expansión más que peligrosa, ya que en agosto las miles de plantas detectadas ahora en zonas alteradas soltarán millones de semillas.

La cortaderia, cuyo nombre hace referencia a que sus hojas son cortantes y por ello ningún animal las come. Es un enemigo casi indestructible que mata y extingue plantas autóctonas y especies. La prioridad, resalta el biólogo, «es sensibilizar y concienciar a los vecinos». Recuerda que aún hay muchas personas que adornan sus fincas con esta planta. «Sería importante que la gente se organice e , igual que se hacen cuadrillas de limpieza de basura, se consigan grupos que corten los plumeros en esas zonas de gran densidad, que son auténticos bancos de semillas, antes de agosto», insiste. La recomendación para los particulares que la tienen en casa es clara: «Que las eliminen cuanto antes».

Cortaderia selloana

América del Sur

Como planta ornamental y barrera visual en las autopistas como la AP-9

Entre las 20 más dañinas de España