A Guarda estrenará en un mes el museo de las fortalezas tras ocho años de espera

Monica Torres
m.torres A GUARDA / LA VOZ

A GUARDA

El espacio cuenta con varias salas de exposiciones y está en el Castillo de Santa Cruz.
El espacio cuenta con varias salas de exposiciones y está en el Castillo de Santa Cruz. brais martínez

En la rehabilitación del Castillo de Santa Cruz se han invertido 2,6 millones de euros

18 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Por fin. El centro de interpretación de las fortalezas transfronterizas del Miño abrirá sus puertas dentro de un mes. La cuenta atrás ya ha comenzado y el Concello de A Guarda ultima los detalles para su apertura antes del verano, según confirmó el concejal de Patrimonio, Javier Crespo. En este último empujón al proyecto, que acumula ocho años de demoras, la Consellería de Cultura y Educación invirtió 250.000 euros.

En el plan de rehabilitación y puesta en valor de su entorno, el parque público de 21.000 metros cuadrados que se reabrió al público en el Castillo de Santa Cruz, se han invertido en total unos 2,6 millones de euros durante la última década. La Dirección Xeral de Patrimonio y el Concello de A Guarda comparten ahora los gastos del proyecto de musealización, que ascienden a unos 20.000 euros y que ha sido encargado a la arqueóloga Rebeca Blanco-Rotea, experta en este tipo de fortificaciones, indicó el edil Crespo.

El objetivo es que este espacio forme parte de una red con los museos del Mar y el del Santa Trega que posibilite un descubrimiento integral del patrimonio local. Está previsto que compartan también los horarios. Las obras del museo habían quedado paralizadas en el 2009 tras la quiebra de la empresa constructora adjudicataria.

La arqueóloga Blanco-Rotea explicó ayer las líneas generales del proyecto sin desvelar las sorpresas que quieren dejar para el día de la inauguración.

Dos salas

El centro, según avanzó la experta, cuenta con dos salas. La inferior será multifuncional, con un espacio para exposiciones permanentes y una sala para conferencias y la realización de talleres. En la planta alta se ubica la exposición permanente «y juega con la luz y las imágenes. Consiste en siete paneles dobles de gran formato retroiluminados organizados en tres grandes bloques temático», explicó Rebeca Blanco-Rotea. Uno, contextual, que servirá para ubicar histórica y espacialmente la exposición. El otro estará centrado en A Guarda y el castillo y el último en la estructura defensiva de época moderna del espacio fronterizo del río Miño, según avanzó la experta.

Su equipo está formado por arqueólogos especialistas en paisaje, arquitectura, conflicto e historia militar, varios historiadores, un diseñador gráfico y un dibujante.

La exposición estará acompañada de otros recursos, como un documental que está elaborando Baixo Miño Estudios con su equipo y cuya narrativa está basada en los contenidos de la exposición. «Pretendemos que el discurso sea directo, visual y multifocal, para acceder a públicos de diferentes edades», destaca la arqueóloga. Apuestan por materiales fácilmente renovables «para adaptar contenidos a las nuevas investigaciones o hallazgos».