Palangreros de A Guarda rechazan cuotas para el tiburón

jorge bravo VIGO / LA VOZ

A GUARDA

Oscar Vazquez

Los armadores piden estudios científicos que avalen un plan de sostenibilidad

07 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La flota de palangre de superficie se enfrenta a un nuevo desafío: la propuesta que el Gobierno español ha elevado a la Unión Europea para que reclame en la cumbre de la Iccat (Comisión para la Conservación del Atún Atlántico) un límite para las dos especies de tiburón, el marrajo y la quenlla que más interesan a los barcos gallegos. Una propuesta que Joaquín Cadilla, presidente de Orpagu (Organización de Palangreros de A Guarda), rechazó «por el fracaso que han supuesto las políticas de cuotas». Lo hizo en el transcurso de una jornada en la que la agrupación se reunió con profesores japoneses que asesoran a la flota tradicional de Kesennuma en el país nipón, de visita en Galicia. El palangre de superficie cree que el recurso es sostenible, si bien piden un plan de gestión para el mismo. «Queremos medidas de sostenibilidad que estén basadas en estudios científicos», remarcó Cadilla, que no está dispuesto a «acatar y aceptar» un total admisible de capturas (TAC) sin que antes se expliquen los criterios de reparto.

La fijación de un cupo encuentra diferentes opiniones entre los países comunitarios. Portugal y Holanda consideran oportuno revisar las capturas de sus flotas de los últimos seis años, mientras el Reino Unido y Grecia piden que solo se cuente hasta el 2013. Joaquín Cadilla señala que, obviamente, esa discrepancia no es por cuestiones ambientalistas, sino por el mayor o menor volumen de capturas de cada flota en esos períodos. Así, no es de extrañar que el sistema de cuotas pueda convertirse en «un mercadillo» sin ningún estudio científico. Como ejemplo Cadilla señala al cerco. Tras practicar durante años «la pesca tradicional y responsable», ahora tienen que estar amarrados porque no pueden pescar. La flota de palangre está formada por cerca de 150 buques en España, el 90 % gallegos según estima Orpagu. En el 2013 declararon 9.000 toneladas de pescado.

Corte de la aleta

La prohibición de la UE de cercenar la aleta de tiburón a bordo fue acatada por los espaderos, que aseguran no tener «ni dinero ni tiempo» para combatir esta prohibición. Los asesores de la flota nipona defendieron ayer que se pueda despiezar a bordo «para facilitar el trabajo» y que Bruselas «debería pensar en los pescadores».

Ajuste de los cupos al recurso

Galicia y Japón comparten tradición pesquera y también problemas comunes en las políticas de gestión. Gakushi Ishimura, profesor universitario y asesor técnico de la Cooperativa de Pescadores de Kesennuma, explicó ayer el sistema que aplica el Gobierno japonés para controlar la pesca. Las autoridades estudian el estado de los caladeros y a continuación evalúan la flota. A partir de esos datos, deciden el total de capturas que se podrán hacer. Reparten una cuota para cada embarcación que después no se puede ni intercambiar ni vender. Una medida con la que el Gobierno nipón quiere proteger a los armadores tradicionales o más pequeños, evitando que los grandes puedan abusar de su posición.