El adalid de los jueces de paz de Galicia

C. Ponce CRECENTE / LA VOZ

VIGO

Cedida

Román Iglesias luchó desde Crecente, donde fue muy querido, para que los conciliadores municipales tuviesen mejores condiciones

20 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Si una persona genera consenso en todos los partidos políticos, significa que algo hizo bien. Román Iglesias, histórico juez de paz de Crecente y A Cañiza, falleció el miércoles después de pasar los dos últimos años luchando con su maltrecho corazón y tras casi toda una vida siendo punta de lanza de su gremio en Galicia. Fue portavoz de las asociaciones provinciales de jueces de paz de Pontevedra y A Coruña desde su fundación y peleó sin descanso para que dignificar a los mediadores gallegos y lograr unas condiciones laborables equiparables a las del resto de funcionarios municipales.

Las funciones de los jueces de paz consisten en celebrar bodas, redactar fes de vida, inscripciones de nacimiento, defunciones y matrimonios, así como realizar actos de conciliación. También celebran juicios de faltas, entre otros cometidos. Por todo ello pasó Román Iglesias y de todo formó parte activa. «Disfrutaba de su trabajo como nadie. Le encantaba oficiar bodas», recuerda el alcalde de Crecente, Julio César García Luengo. .

También escritor

Su pasión por el trabajo que desempeñaba le llevó a publicar varios libros con historias de los vecinos e incluso escribió unas memorias con el título de Recordar es vivir. Crónica de la vida de un niño de aldea.

Cuando se jubiló, debido a sus problemas de salud, recibió un homenaje con todos los honores. Se lo rindieron sus compañeros y amigos de trabajo y vocación de servicio. Quisieron arroparle y reconocer el empeño de Román Iglesias. Los jueces de O Rosal y As Neves le dedicaron unos poemas.