El Arzobispado de Barcelona reduce las plazas de los Misioneros de Teis

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

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La nueva gerencia alega que los residentes tienen que disponer de más espacio útil

25 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La reestructuración iniciada por el Arzobispado de Barcelona tras intervenir la sede de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis incluye la reducción de plazas de residentes. Los nuevos responsables lo achacan a la necesidad de adaptarse a la normativa de la Xunta que establece que los residentes han de tener un espacio vital determinado. Con tal motivo, las plazas han pasado de cuatro a tres por habitación. Para el arzobispado catalán, el cambio supone una mejora al incrementar el espacio útil por residente. La otra cara es que el número de usuario se ha visto reducido de forma considerable, según reconoce el comisario designado por el arzobispado, Ramón Batlle. En la actualidad son 98 las personas acogidas en la casa de reposo, cuya capacidad máxima es de 112 personas.

En opinión de algunos residentes esta reestructuración podría ser el inicio de un paulatino desmantelamiento o de una forma de gestión tendente a la privatización. Otra muestra, dicen, es la residencia de mujeres, donde en este momento solo hay una usuaria y está prácticamente anulada.

Sobre este tema Batlle indica que «por un lado se ha habilitado la primera planta del albergue de la casa, con capacidad para 38 personas, para que sea destinado a la acogida de mujeres. De todas maneras, la capacidad es muy superior a la demanda, por lo que nunca ha habido ningún inconveniente en atender a las mujeres que lo precisan». Lo que no explica son los motivos por los que solo hay una usuaria, aunque en otra ocasión comentó que se debía a las reformas que se llevaban a cabo.

Usuarios del centro denuncian que no reciben un trato adecuado y que ha bajado la calidad

Residentes del centro de Teis y exusuarios denuncian el progresivo deterioro de las relaciones humanas y la pérdida de calidad en aspectos como la alimentación. «La comida buena la meten en paquetes y se la llevan a familias del exterior, para justificar el convenio que tienen con el Concello, y a nosotros nos dan lo peor», explicaban ayer Manuel, Jaime, Manuel, Jose, y José Manuel. Ni ellos ni otros compañeros están de acuerdo con el trato que reciben por parte de la coordinadora. Tampoco están conformes con la higiene, de la que dicen, solo se esmeran cuando llega la inspección de Sanidad.

El Arzobispado de Barcelona alega que el trato es correcto y que se han tomado algunas medidas para mejorar la calidad de vida, como no permitir el consumo de alcohol y restringir el área de fumadores.

De la comida, indica que se han mejorado las instalaciones de la cocina y se trabaja en un plan para su renovación. La comida, dice, es la necesaria y no está caducada, se mantienen los mismos proveedores y se ha sumado uno muy cualificado.

Sobre el reparto de alimentos a familias vulnerables, reconoce que ha suscrito un convenio con el Concello dentro del programa reparto de alimentos. «Los que se adquieren para esta finalidad son destinados íntegramente a las personas necesitadas y de ello se da cuenta al Concello», explica la Archidiócesis

En lo que se refiere a la higiene de la residencia apunta que de forma periódica se pasan controles de Xunta y Concello y que nunca ha habido advertencias de falta de higiene en las instalaciones. «Las empleadas de la limpieza han recibido formación específica para mejorar la calidad de su trabajo y se ha adquirido una barredora automática», concluye.

Los hermanos de Vigo están apartados

Los cuatro religiosos que quedan en el centro de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis están al margen de toda actividad. Según el comisario Ramón Batlle, fue el mismo hermano general quien solicitó a la Iglesia catalana que la gestión recayera en la Archidiócesis de Barcelona, debido a la edad y capacidad de los hermanos de Vigo y a fin de mejorar el servicio. «En menos de un año se han atajado algunas corruptelas, se ha iniciado un plan de transparencia, se han puesto las cuentas claras y ha habido el compromiso de sostener y mejorar la Casa de Nuestra Señora de la Salud», indica Batlle.

De nuevo esta versión oficial no coincide con la que ofrecen usuarios de la propia residencia y allegados a los hermanos de Teis. Aseguran que no solo se les ha apartado de la gerencia, sino que les mantienen al margen de todo hasta el punto de no dejarles atender a los usuarios con los que apenas se relacionan. Ante este panorama, dicen, se pasan el día leyendo en la biblioteca para no estar de brazos cruzados al no permitirles participar en nada.

Alguno de los hermanos ha estado tentado de marcharse a casa de su familia ante los requerimientos de esta y lo que consideran «un descalabro», pero temen que sea esto lo que quieran y han decidido permanecer. «Quieren que desaparezcan de aquí para hacerse dueños de la casa», apunta un allegado.

Sobre la situación de los trabajadores, admiten que hay de todo: unos que están descontentos y otros, «de la camarilla», que están mejor. Un detalle que llama la atención de los usuarios es el almacenamiento de ropa usada que, dicen, se la lleva una persona supuestamente para vender. En este sentido, desde Barcelona aclaran que hay donaciones que no tienen sentido para la casa. Es el caso de ropa de bebé, carritos, juguetes... Para estas ocasiones, añaden, hay un acuerdo con la parroquia del Santo Cura de Ars de Vigo para su distribución entre las familias necesitadas. El material de niños se dona a Red Madre, Ayuvi o Aldeas Infantiles. Lo relativo a ropa y pañales se distribuye entre la parroquia de Redondela y San Vicente de Paul. Cuando existe algún excedente de material, como botas, loza, o muletas, es entregado a la oenegé Da Man, de Redondela, para proyectos en Senegal.