Desde América para relanzar al VGO

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Joanathan Murphy y Nick Grives fueron los protagonistas del último triunfo del equipo vigués de EBA

01 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El último triunfo del VGO de baloncesto no se entiende sin la intervención de dos nombres propios. Los norteamericanos Jonathan Murphy (Atlanta, Georgia, 1989) y Nick Grieves (Aptos, California, 1992) sumaron 40 puntos fundamentales para la victoria del pasado fin de semana ante el Rosalía de Castro, la cuarta de un conjunto que las necesita como el comer si quiere mantener sus aspiraciones de continuar un año más en Liga EBA.

Aunque con evoluciones similares desde su llegada, aterrizaron en Vigo en momentos y de maneras diferentes, como recuerda su técnico, Alberto Gómez. «Recibes vídeos con propuestas de agentes y Jonathan nos llamó la atención. Buscábamos un referente interior y él se adaptaba a lo que nos hacía falta», desgrana. Llegó a una semana del comienzo de la Liga, lo que le obligó a adaptarse a la carrera. «España es conocida por su gran nivel de baloncesto y sabía que estaba ante una gran oportunidad. Espero que esto me abra puertas», comenta el baloncestista.

En cuanto a Grieves, estaba probando suerte en el Obradoiro cuando el VGO se cruzó en su camino. «Tuve cero dudas. En cuanto me plantearon el proyecto supe que era el sitio más adecuado para mí», afirma. Ya habían transcurrido cinco semanas, por lo que tampoco tuvo tiempo que perder. «Es un estilo de baloncesto muy diferente, y también de vida. Estoy aprendiendo muchísimo y la experiencia está siendo inmejorable».

Los dos pasaron sus primeros quince días en casa del presidente, una primera toma de contacto muy familiar que dio paso a un piso. El club se ocupa del alojamiento y las comidas, lo poco que pueden hacer dados sus escasos medios económicos. «Son muy serviciales. Cuidan mucho de nuestras necesidades y nos están haciendo sentir muy cómodos», agradece Jonathan y suscribe Nick.

Todo eso está teniendo reflejo en su juego. Aunque su técnico recuerda que las confianzas no son buenas. «En este último partido su importancia fue capital, pero como en otros encuentros lo fue la de otros compañeros», destaca Gómez. Valora su progresión y lo que están aportando, pero al mismo tiempo su empeño es que mantengan los pies en la tierra. «Les gusta mucho anotar, pero tienen que interiorizar que sin la parte de la defensa eso no sirve para nada, menos en un equipo como el nuestro. Lo están consiguiendo, pero no pueden despistarse», advierte.

Los dos tienen claro también que queda trabajo por delante. «Estoy contento con mi papel. Mi meta cada día es mejorar mis habilidades, trabajar duro y darle al entrenador lo que necesita de mí para ayudar al equipo a ganar partidos», reflexiona Grieves. Su compañero se expresa en la misma línea: «Mi rol es ser un líder y un jugador que aporte energía. Intento trabajar duro cada día y motivar a mis compañeros».

Para Murphy, que ha jugado en Marruecos y Australia, no es su primera experiencia europea, sino que también lo había intentado en Francia. Grieves, antes de su paso por Santiago, jugaba en la Universidad de East Bay. Se dicen sorprendidos por una cultura diferente -el mar, la hora de la comida, que sean dos platos, las playas y la hospitalidad son algunas de las cosas que mencionan- y por un baloncesto que también lo es en gran medida. Pero al que cada vez están más adaptados, tal y como evidencian sus números en la cancha.