La Policía da por «esclarecido» el asesinato de Ana Enjamio

E.V.Pita VIGO

VIGO

Oscar Vazquez

Los agentes hacen los últimos análisis de pruebas biológicas

27 ene 2017 . Actualizado a las 17:14 h.

El nuevo comisario de policía de Vigo, Manuel Teijeiro, da por «resuelto» el asesinato de la joven ingeniera Ana Enjamio a finales de diciembre del 2016. El alto mando explicó que los agentes están haciendo los últimos análisis de las pruebas biológicas para reforzar las evidencias respecto a la autoría del mismo detenido, César Adrio, que está en prisión provisional desde hace un mes como investigado por asesinato.

El delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, incidió en Vigo en lo mismo, en que los investigadores están en pleno análisis de unas pruebas biológicas que permitirán cerrar un caso que dan por esclarecido.

El implicado, César Adrio, fue detenido y se encuentra en prisión por riesgo de fuga y destrucción de pruebas. Fue la Fiscalía quien solicitó esta medida, porque en su momento aún no se había configurado la acusación particular. 

Los hechos ocurrieron el pasado mes de diciembre, cuando la joven Ana Enjamio, natural de Boqueixón y de 25 años, apareció con más de diez puñaladas en el cuello y pecho en el rellano del portal de su edificio en Vigo. Según reconstruyó la policía, la ingeniera asistió a una cena de su empresa, una auxiliar de Citroën de O Porriño que fabrica cables, para la que trabajaba en el departamento de organización industrial desde el verano. La fiesta se celebró en el céntrico hotel NH de Vigo, en la avenida de García Barbón. Al terminar el evento, volvió a su casa, en un cuarto piso del número 40 de la avenida de Madrid. Vivía de alquiler con otra trabajadora y una estudiante.

Minutos antes, a las cinco de la madrugada, un vecino de 18 años del primer piso entró en el edificio y subió a casa de su madre, que lo esperaba despierta por miedo a la inseguridad en el barrio, pues la zona está muy desangelada por la noche. Ninguno notó nada raro, pero al acostarse el joven oyó gemidos de dolor de una mujer. Las voces parecían proceder del rellano. Duraron varios minutos y llamó a su progenitora. Pensaron que era una juerga y descartaron avisar a la policía.