El crimen de Vigo, declarado como caso de violencia machista

E. V. Pita VIGO

VIGO

Fotografía de César A.O., de 38 años, detenido por el crimen de Ana Enjamio en Vigo
Fotografía de César A.O., de 38 años, detenido por el crimen de Ana Enjamio en Vigo

El técnico Cesar Adrio, de 38 años y con dos hijos, no ha confesado y los agentes necesitan reunir pruebas contra él. Mañana pasará a disposición judicial

19 dic 2016 . Actualizado a las 21:01 h.

La Policía Nacional ha decidido demorar la entrega al juzgado del sospechoso del crimen de Vigo, el técnico César Adrio Otero, de 38 años, porque todavía dispone de un margen de 48 horas antes de agotar el plazo máximo para atar los cabos sueltos del asesinato de Ana María Enjamio. Será el miércoles sobre las 09.00 horas cuando la comisaría entregue al sospechoso al juzgado de violencia sobre la mujer número 1 de Vigo, ya que la víctima y el implicado tuvieron una relación previa al crimen.

El hombre, con dos hijos, había sido su jefe formador en el departamento técnico cuando ella era becaria hace año y medio. Fuentes empresariales reconocen que, pese al poco tiempo que llevaba trabajando allí, Ana María era muy querida y había transformado la empresa como responsable de organización.

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) explicó que las investigaciones realizadas en las últimas horas y que acaban de ser comunicadas a la titular del juzgado de instrucción número 5 de Vigo indican la existencia de una relación previa entre la víctima y el detenido, por lo que en las próximas horas se inhibirá al juzgado de violencia sobre la mujer de Vigo. Aún no se sabe cuándo pasará a disposición, pero parece que no será hoy. Desde comisaría ven como mañana como la fecha más probable.

El sospechoso no ha confesado y los agentes necesitan recabar más pruebas y buscar el arma homicida, el teléfono móvil de la víctima y las ropas ensangrentadas del asesino. Todo apunta a que se sintió despechado por un rechazo sentimental y planeó el crimen tras salir de la cena de Navidad de la empresa. Luego ocultó el teléfono móvil de la joven, el arma homicida y volvió a su casa.

Minuto de silencio ante el concello de Vigo
Minuto de silencio ante el concello de Vigo M . Moralejo

La relación entre la ingeniera y el detenido comenzó recientemente, pues ambos eran empleados de la fábrica Cablerías Auto, una auxiliar del automóvil en el polígono de As Gándaras, de O Porriño. Ella era una brillante estudiante, muy seria, que terminó su carrera con 24 años. Fue fichada tras obtener este verano el título en la Escuela de Ingeniería Industrial de Vigo.En los últimos meses, la víctima y su novio habían roto relaciones de pareja y de forma amistosa se habían dado un margen de tiempo para repensar su relación. En ese ínterin, el presunto asesino comenzó a cortejar a Ana María y fruto de ello mantuvieron una breve relación. Él a veces la iba a visitar a su casa. Sin embargo, la joven no estaba convencida y zanjó el breve romance, lo rechazó y pidió que quedasen como amigos. Luego, ella retomó su relación con su novio. Según cuenta su entorno, el detenido no aceptó el rechazo ni asumió ni entendía que ella, de repente, hubiese vuelto con su novio.

La tensión estalló en la cena de empresa de Navidad que celebraron el viernes en el hotel NH, en la avenida de García Barbón, que duró hasta altas horas de la madrugada. Para ir al ágape, la joven no llevó el coche, pues lo dejó aparcado delante de su edificio. El ahora detenido y la víctima coincidieron en la cena y, a lo largo de la noche, el implicado lanzó insinuaciones a la joven para que retomasen su idilio, pero ella le dejó claro que no quería nada con él. El hombre hizo un último intento y, al final de la fiesta, se ofreció a acercarla en su coche a la casa de ella. Pero tres compañeras vieron la jugada e intervinieron para que Ana María pudiese irse con ellas. Él abandonó la cena antes. Las tres compañeras llevaron a la víctima hasta el portal de su casa sobre las cinco de la madrugada y se marcharon. La policía sospecha que el implicado se adelantó a la llegada de la joven y se agazapó para esperarla, pues un vecino que entró antes no vio nada raro. Hay una puerta de las escaleras que linda con el ascensor, donde ella fue atacada, o bien la abordó justo cuando se metió dentro del edificio.

Minuto de silencio en la empresa

Los trabajadores del Grupo Cablerías, con sede en el poliígono de As Gándaras, lamentaron la muerte de Ana María Enjamio y enviaron su más profundo pésame a sus familiares, compañeros y amigos. Los 500 profesionales de la compañía guardaron un minuto de silencio en el interior de las instalaciones de O Porriño y Valença, a las 13.55 horas, tras la lectura de un comunicado en el expresan su solidaridad con los familiares y amigos de la víctima.

Desde el Grupo Cablerías han ofrecido la máxima colaboración para el esclarecimiento de los hechos que llevaron al asesinato de Ana Enjamio.  El grupo no ha querido facilitar la identidad del detenido.