El Celta reubicará a 500 socios para cumplir las exigencias de la UEFA

Míriam Vázquez Fraga VIGO / LA VOZ

VIGO

ALBA PEREZ

Los abonados recibieron ayer con indignación la comunicación por parte del club

23 sep 2016 . Actualizado a las 22:36 h.

El Celta comunicó en la tarde de ayer que medio millar de abonados de la grada de Río tendrán que ser reubicados en el primer partido de Europa League que el equipo disputará como local, en el que se medirá al Panathinaikos el próximo jueves. Esta medida responde al cumplimiento de la normativa de la UEFA, que exige unas condiciones que a día y hoy, y debido a la demora en las obras de Balaídos, no reúne la grada de Tribuna. Al no estar terminado el graderío cubierto, se acotará Río para palco y patrocinadores, aclaró el club en un comunicado.

Horas antes de que la nota del Celta se hiciera pública los afectados habían comenzado a recibir el aviso del club por vía telefónica. Todo a una semana del partido en cuestión. «Me llamaron diciéndome que tenían que cambiarme de sitio, que la UEFA les obliga y que no hay más opción. Textualmente se justificaron diciendo que si queremos Europa, esto es lo que hay», relata indignado Salvio García, abonado del club desde hace más de 30 años. «Pagué un abono total que incluía los partidos de Europa. De haberlo sabido, quizá hubiera optado por el otro», añade.

Entre la multitud de socios que van a tener que abandonar sus asientos está también Adrián Morales, peñista de Siareiros y celtista de cuna. En su caso, además, el cambio es definitivo. «Me aseguran que en la zona donde estoy se va a habilitar una cabina para prensa, que se van a destruir esos asientos», comenta. Pero lo que más le molesta es que también le han transmitido que es una exigencia que la Liga viene reiterando al club «desde hace más de un año». Por ese motivo, su principal reproche al Celta es más que no se le haya advertido con tiempo de la situación. «Con los años, y aprovechando que en Segunda éramos menos, me había ido moviendo hasta conseguir un buen sitio. Ahora se me obliga a escoger otro, pero el precio es el mismo», lamenta.

También García había tardado «muchos años» en conseguir un par de buenos asientos contiguos para disfrutar del equipo con su hijo. Y confirma que no se les ha hablado de ningún tipo de compensación. «Solo me indican que vaya allí a escoger un sitio nuevo. Yo ya era socio en las anteriores ocasiones en las que el equipo estuvo en Europa y nunca pasó nada parecido. Al margen de lo que les haya podido exigir la UEFA, la política de comunicación del club es nefasta», valora este socio de 51 años.

Morales, aunque consciente de que es probable que no llegue a buen puerto, presentó ayer mismo una reclamación al ir a escoger su nueva ubicación ?que para más inri, solo pudo elegir entre un número limitado de opciones, ya que los asientos con entradas vendidas para los próximos partidos de Liga están bloqueados por el sistema aunque en su caso se trate de otra competición, Europa League?. «Por lo menos, que quede patente el descontento por la manera en la que ha hecho las cosas el Celta y por cómo nos ha tratado a sus abonados. No es ético».

Un verano de retrasos

Detrás del anuncio realizado ayer por el Celta está un asunto que lleva meses dando quebraderos de cabeza al club y a sus abonados. Los plazos en la ejecución de las obras de Balaídos han ido acumulando retrasos que han desembocado en que a una semana del primer partido europeo en casa el estadio no cumpla los requisitos exigidos.

La demora llegó a poner en entredicho que el primer partido de Liga se pudiera disputar en el municipal vigués. Aunque finalmente se pudo salvar ese escollo, también entonces fue necesario reubicar a multitud de aficionados, pues la grada de Tribuna permaneció cerrada al no estar todavía habilitada para esa fecha. Cuando trascendió que sería así, el Celta alegó que el club había hecho su parte a tiempo y desde entonces siempre ha asumido la responsabilidad ante sus socios ?«con quien tienen un contrato es con nosotros», aceptó Mouriño hace unos días en su última comparecencia pública?, pero dejando claro que no podían hablar de plazos ni garantizar nada porque no dependía de ellos, sino del Concello. Se habló incluso de una cubierta provisional.

Durante el verano llegó a haber un parón de un mes en los trabajos al surgir diferentes imprevistos. El propio Mouriño reconoció también que se habían visto obligados a improvisar continuamente en lo relativo a la remodelación del estadio. Entre esas cuestiones inesperadas que surgieron estuvieron también los problemas con la iluminación. En el estreno liguero frente al Leganés se estrenó un sistema provisional para cumplir con la UEFA después de no haber superado un primer examen.