Las obras del paseo de 5 kilómetros por el Lagares desatan la polémica en Cabral

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

Joseba Cuña

Un grupo de vecinos pide al Concello que anule la licencia a la comunidad de montes

27 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un grupo de comuneros de Cabral tratan de paralizar las obras que desde hace varias semanas se ejecutan junto al Lagares para construir una senda peatonal. Los trabajos de adecuación se llevan a cabo en la margen derecha del río, cerca del entronque de las calles Manuel Álvarez y Ramón Nieto, con la finalidad de llegar hasta el parque de Baladas.

Los trabajos se iniciaron sin permiso municipal ni de Augas de Galicia, por lo que fueron paralizados por el Concello en noviembre de ese año. La comunidad de montes siguió realizando gestiones hasta conseguir informes favorables de la Xunta y del Concello, que otorgó la licencia según han confirmado fuentes municipales.

Pese a ello, el colectivo opositor, encuadrado en el sector crítico a la gestión del presidente Luis Rodríguez, intenta paralizarlas al considerar que no se ajustan a la normativa vigente. El pasado día 9 presentaron un nuevo recurso, en el que se reclama «a paralización inmediata das obras». En el escrito se recuerda la existencia de una multa de 30.000 euros por las obras iniciales y los vertidos de escombros en el monte Baladas, «a máis de realizar a canalización de augas procedentes dunha mina sen autorización de Augas de Galicia». También, una resolución de diciembre del 2014 en el que la Gerencia de Urbanismo ordenaba reponer el estado de la margen del río a la situación anterior «por obras sen licenza e incompatibles co ordenamento urbanístico».

El proyecto salió a la luz en septiembre del 2014 e inmediatamente se presentaron alegaciones por parte de 129 comuneros. En un primer momento, el Concello consideró las obras «non legalizables» y ordenó su paralización. Sin embargo, en los primeros meses de este año la posición de Augas de Galicia y del Ayuntamiento varió hasta el punto de que cuentan ya con licencia municipal. Así lo ratificó ayer el presidente de la comunidad a La Voz. Luis Rodríguez defiende que se trata de un proyecto que va a beneficiar a la parroquia, al tratarse de una senda de 5,4 kilómetros para uso y disfrute vecinal.

Los opositores consideran que la actuación con maquinaria pesada va a afectar al medio natural (movimientos de tierras, levantamiento de muros y corta de árboles) y que tampoco ha sido aprobada en asamblea, por lo que insisten en detenerlas.

El conflicto se alarga ya durante varios años, dado que en su momento el sector crítico consiguió parar las obras. De fondo, continúa latente el enfrentamiento entre los dos sectores de la comunidad de montes.

El conflicto del macrocentro comercial sigue vivo pese a la anulación del Plan Xeral

Hasta febrero del 2013, la Comunidad de Montes de Cabral era una más de las que existen en las parroquias del cinturón periurbano de la ciudad. Por entonces se conoció el proyecto para construir el mayor centro comercial de Galicia en las inmediaciones del instituto Ferial (Ifevi) y el nudo de Puxeiros.

El macrocentro precisa para llevarse a cabo 300.000 metros cuadrados de terrenos de la comunidad de montes, lo que provocó una fractura en esta entidad vecinal. La directiva, encabezada por Luis Rodríguez, defendió el complejo comercial bautizado como Porto Cabral, al que también dio su apoyo el gobierno socialista y el PP. Enfrente se situó un nutrido grupo opositor de comuneros, a los que respaldan Esquerda Unida, BNG y los sindicatos.

A partir de ese momento la gestión de la comunidad fue un verdadero polvorín, con asambleas vigiladas por la policía y vigilantes privados, pese a lo cual se produjeron incidentes, y una sucesión de denuncias judiciales cruzadas. Pese a ello, Luis Rodríguez logró ser reelegido, tras aplazar las elecciones un año, aunque fue imputado por una denuncia de los críticos por la permuta de una parcela de la comunidad con una empresa privada.

La situación se mantiene tensa, con pintadas en la parroquia, pese a que Porto Cabral de momento es una inversión imposible tras la anulación del Plan Xeral de Ordenación Municipal que calificaba los terrenos necesarios para el proyecto como terciarios. La prueba es la pugna por esta senda, que defiende la directiva de la comunidad y rechazan los opositores.