NeoCíes

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

VIGO

29 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay billetes. Las navieras de Cíes llevan semanas colgando el cartel de «Sold out». Las 2.200 plazas disponibles se agotan. Y, en fines de semana, es casi imposible viajar, ni siquiera con gran antelación. Hice la prueba este martes. Ninguna compañía tenía billetes para mañana sábado. Y eran cuatro días de adelanto sobre la fecha.

El abarrote no es nuevo. Hace unas semanas, la Xunta impuso a una naviera una multa de 12.000 euros por haber vendido más billetes de los permitidos en el verano de 2015. Así que habrá que ir pensando en NeoCíes.

Porque puede pasarnos lo de Altamira. Allí, la llamada Capilla Sixtina del Arte Prehistórico estuvo a punto de ser destruida por el turismo. Desde que fue abierta al público, en 1917, su deterioro fue enorme. En los 70 recibía casi 200.000 visitantes al año. Y la presión humana desbarató su microclima, poniendo en peligro las pinturas. Habitada durante 22.000 años, pudo desaparecer en un solo siglo. Para evitarlo, fue construida en 2001 la NeoCueva, una réplica con pintura hechas con los pigmentos y técnicas originales de hace 15.000 años.

Así que aquí podríamos inventar unas NeoCíes. Con su playa de Rodas de porexpán y su Silla de la Reina de cartón piedra. Con focos que proyecten la luz del faro y altavoces con risas de gaviotas.

Aunque quizás ésta no sea la solución mejor. Sino desestacionalizar las visitas, promocionar otros atractivos de la ría, diversificar la oferta y, sobre todo, ser escrupulosos con la limitación de pasajeros en verano. No sea que un día haya que hacer las NeoCíes en las propias Cíes. Y que nos hayamos cargado el paraíso.