La vieja Pescanova pide tiempo a la banca para no morir diluida en una ampliación de capital

VIGO

M.MORALEJO

Ganó 82,5 millones, que pasan a computar a la nueva sociedad

30 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Pescanova SA representa hoy solamente un 20 % de Nueva Pescanova, la sociedad nacida el 30 de noviembre del 2015 bajo el control mayoritario de la banca acreedora, con la triple misión de, enderezado el rumbo del grupo pesquero (después de 3 largos años de saneamientos y reestructuraciones), impulsar el negocio y recuperar su dinero.

La vieja sociedad presentó este viernes sus últimas cuentas como matriz (el ejercicio comprendido entre el 1 de diciembre del 2014 al 30 de noviembre del 2015) y, de ellas, el dato más sobresaliente son unas ganancias de 82,5 millones de euros. Esta suma no se puede comparar con la obtenida en el ejercicio anterior, que ascendió a 1.900 millones, porque la suma está distorsionada por las quitas del concurso de acreedores, que computaron como ingresos en el 2014.

El viejo accionariado, ahora relegado dentro de la Nueva Pescanova que controlan los bancos (tienen el 62 %), explicó ayer a la CNMV que, tras el complejo proceso de reestructuración, Pescanova ha pasado a ser una sociedad cuyo principal activo es esa participación del 20 % en el nuevo grupo y una cuenta a cobrar a Nueva Pescanova por los pasivos no segregados por una suma de 52 millones de euros, que la banca irá abonando en un plazo de 7 años. «Tanto los ingresos como los gastos corrientes serán a partir de ahora poco significativos, en la medida en que la estructura de costes se ha reducido significativamente al haberse convertido en una sociedad de cartera», explicó Pescanova.

De momento, tendrá 255.000 euros de ingresos anuales fijos que serán aportados por Nueva Pescanova, en concepto de cobertura de gastos generales de funcionamiento, como contempla el convenio de acreedores.

Pero no es suficiente. El viejo accionariado teme por su vida dentro de Nueva Pescanova, y así lo reconoce en el informe enviado a la CNMV, en el que pide tiempo a los bancos para financiarse, con su vuelta a la cotización, antes de que las entidades lancen una ampliación de capital a la que llevan dando vueltas desde el mismo día en que tomaron el control de la nueva sociedad.

El impacto

«Cualquier ampliación de capital antes de que Pescanova pueda acceder a nuevas fuentes de financiación, traería como consecuencia que la participación del 20 % de Pescanova en Nueva Pescanova se diluyera parcial o totalmente», dice la compañía de alimentación.

Los viejos socios también temen por el futuro de Nueva Pescanova, sobre todo si los bancos recurren a financiar el circulante del grupo con un crédito supersénior por valor de 125 millones, a un interés del 15 % anual, con una comisión de aseguramiento de 300 millones de euros a pagar a 20 años. «Esta decisión reduciría con carácter inmediato el patrimonio de Nueva Pescanova», alerta la sociedad accionista.

Pescanova explica que está preparando la documentación necesaria para atender el requerimiento de la CNMV, que permita el levantamiento de la suspensión de la cotización. «El valor de esa cartera, dependerá de la evolución de los negocios de Nueva Pescanova», afirma.

Beneficio

En el 2014 fueron 1.900 millones, una suma distorsionada por la quita de acreedores.

255.000 ?

Ingresos anuales

Los aportará Nueva Pescanova, y está contemplado en el convenio de acreedores.

52 millones ?

Deuda de Nueva Pescanova

La nueva sociedad absorbió los activos de Pescanova, pero no el pasivo, que pagará en 7 años.

De Sousa se pone al frente de dos sociedades embargadas que administraba su esposa

Manuel Fernández de Sousa-Faro, expresidente de Pescanova, es desde el 21 de enero administrador único de las sociedades familiares Kiwi España y Quinta do Sobreiro, ambas embargadas, junto a todos su bienes, para hacer frente a una fianza solidaria de 58 millones.

El Registro Mercantil de Pontevedra publicó ayer el cese de Rosario Andrade Detrell, que hasta ahora figuraba como administradora de ambas empresas, cargo que pasa a ocupar su esposo. Tanto Kiwi España como Quinta do Sobreiro fueron embargadas por el juez, a petición del fiscal, al entender que el verdadero titular era el expresidente de Pescanova, aunque nunca figuró al frente. Kiwi España tiene como principal y único accionista a Sociedad Anónima de Desarrollo y Control, una de las empresas controladas por De Sousa a través de las cuales vendió acciones de Pescanova entre diciembre del 2012 y febrero del 2013 sin comunicarlo a la CNMV, uno de los motivos por los que está imputado.