Una pívot en constante crecimiento

M. V. F. VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

La nigeriana, adaptada al 80 % a la ciudad y al club, se ve «mucho mejor jugadora» que cuando llegó a Vigo

20 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Solo llevo tres meses aquí y ya me siento mucho mejor jugadora». Son palabras de la escolta Sarah Ogoke (Nigeria, 1990), que vive su primera temporada en un Celta de baloncesto femenino cuya oferta no dudó en aceptar en cuando supo de ella. «Me ofrecieron por primera vez una oportunidad de venir a jugar a España y la cogí sin pensarlo. Estoy muy agradecida al club».

Sarah habla con entusiasmo del Celta, de la ciudad y de todo lo que está suponiendo para ella una aventura corta por ahora, pero que ya dura lo suficiente como para que se vea capaz de hacer un balance muy positivo. «Me encanta Vigo, su clima, el estar cerca de la playa y el equipo ha sido muy acogedor conmigo. Desde el primer día me hicieron sentir como en casa», subraya. Un equipo que no le era ajeno. «Había oído hablar del de fútbol y cuando le dije a mi familia de Nigeria que venía reconocieron el nombre y se pusieron muy contentos», recuerda.

Poco a poco, Ogoke va completando su proceso de adaptación ?ella se ve ahora mismo «al 80 %»? y va ganando protagonismo en el equipo. Su evolución la atribuye a sus compañeras de equipo  ?«las siento muy cerca, ya son como hermanas pequeñas para mí»? y, sobre todo al cuerpo técnico. «Me siento muy cómoda con Cristina (Cantero), Nacho Silva... Con todos. Han sido muy pacientes conmigo, enseñándome los fundamentos del baloncesto español, animándome a hacer mi juego y también haciéndome críticas cuando es necesario».

Sobre el cambio que se ha encontrado en su primera experiencia europea respecto al baloncesto americano del que procedía, recalca que este último es «más de transición y de uno contra uno».  Admite que el cambio es grande y que lleva su tiempo hacerse con un estilo tan distinto, pero está satisfecha con el papel que está teniendo en el equipo hasta el momento. «Sobre todo estoy muy contenta porque veo que los técnicos creen en mí y así me lo transmiten. Y también mis compañeras».

En el grupo con el que comparte vestuario reconoce al «más talentoso siendo tan joven» que ha visto en su vida, asegura. «Algunas son miembros incluso de la selección española. Por mucho que ellas hayan podido aprender de mí, yo aprendo mucho más de ellas. Son fantásticas», comenta agradecida.

Cuando habla del futuro, la jugadora muestra también tener las ideas muy claras. «Mi objetivo personal es ayudar al Celta para volver a la máxima categoría donde ya estuvo en temporadas pasadas. Nuestra meta está en los play-offs», dice. Es algo que parece lejano dado el comienzo de Liga que protagonizaron, pero se agarra a la mejora experimentada en las últimas semanas y que se ha traducido en dos victorias consecutivas. «El baloncesto es un juego de altibajos. Es verdad que empezamos despacio, debido sobre todo a las lesiones y a la inexperiencia de muchas de nosotras», analiza. Para ella, los dos triunfos que acaban de conseguir indican que algo ha cambiado. «Lo importante es que ya estamos funcionando como un equipo unido».

 Asegura que en Vigo hace una vida muy sencilla que, más allá de lo relacionado con el baloncesto ?incluyendo verlo? se basa en cocinar, limpiar y hablar con su familia y con sus amigos. El aprendizaje del idioma también está siendo importante, aunque hasta ahora nunca ha sido un obstáculo para su integración en el equipo. «Puedo hablar en español, pero mucho no. Despacio. Aprenderé». Después de un trimestre, poco a poco progresa adecuadamente. Como en la pista.