Un éxito que va más allá de lo casual

m. v. f. vigo / la voz

VIGO

El Bembrive ha eliminado a tres equipos de División de Honor en los últimos cuatro años

01 oct 2015 . Actualizado a las 13:19 h.

El Bembrive ha vuelto a hacerlo. Después de dar la campanada en el 2011 eliminando al Azkar, el año pasado hizo lo propio con el Burela ya en la Copa del Rey y esta semana se ha deshecho del Santiago Futsal, de División de Honor, en la misma competición. El conjunto parece haberse ganado a pulso la etiqueta de matagigantes pese a las enormes dificultades que se encuentra en su día a día para salir adelante. En este aspecto incide su técnico, Roberto García, Pitu.

¿Cómo consigue un equipo de Segunda B eliminar a un rival de División de Honor?

El técnico del conjunto vigués no se cansa de repetir una palabra que resume el secreto de su éxito: «Ilusión». Es un elemento imprescindible para «jugadores que salen de trabajar a las ocho y se van a disputar un partido en el que se miden a un conjunto que por la mañana ha estado entrenando y viendo vídeos suyos». El hecho de salir siempre a competir y creer en sus posibilidades frente a equipos que se saben favoritos les ha llevado a sorprenderles. Además, explica que la Copa, con sus actuales características, les motiva especialmente. «Al ser a partido único se vive de una manera diferente, es una competición que disfrutamos mucho», dice. Los logros de los últimos años les han hecho ser conscientes de que no hay por qué descartar nada. El martes volvieron a demostrarlo.

¿Dónde estuvo la clave del partido contra el Santiago?

El encuentro de dieciseisavos de Copa fue muy igualado y se decidió en la recta final. Después de que los locales se adelantaran, el empate a uno figuró durante bastantes minutos en el marcador. «Supimos tratarles de tú a tú y estuvimos muy bien a nivel defensivo. Pero lo más importante fue el bloque», analiza. En los minutos decisivos, el Bembrive aprovechó la superioridad y Pitu buscó profundidad y «que fuera pasando el tiempo» a través de su apuesta por el doble pivote. «Aunque ellos dominaron, hicimos los deberes». El factor cancha también fue decisivo, al favorecerles por las características y dimensiones de su pabellón.

¿Qué papel ha jugado la afición?

Las gestas de los últimos años han provocado que el equipo vaya poco a poco ganando adeptos. El empuje de un pabellón lleno «influyó en la victoria», aunque el técnico recuerda que les gustaría llegar a mucha más gente. «Tenemos unos 150 o 200 fieles que son los que nos apoyan siempre. Luego en estos partidos se suma más gente y se agradece, pero nos gustaría que en Vigo se hablara de fútbol sala todo el año».

¿Qué le falta a este equipo para poder apuntar a metas más altas?

Sin ánimo de menospreciar a nadie, aclara, Pitu se muestra convencido de que si sus futbolistas dispusieran de los medios y las condiciones necesarias, su gran rendimiento dejaría de ser sorprendente. «Si en vez de entrenar dos veces a la semana pudiéramos hacerlo más, estaríamos una categoría más arriba y luchando por estar otra por encima», valora. Entre los problemas a los que desafían están el contar con una plantilla muy corta y una pista dura que ha desencadenado más de una lesión. «Hemos pedido entrenar en As Travesas aunque sea una hora, pero nos dicen que no», lamenta.

¿Qué supone para un técnico un éxito de estas características?

Pitu señala que no le coge de sorpresa que sus jugadores -todos ellos a sus órdenes ya el año pasado- den la talla en este tipo de situaciones. Para él el choque tuvo un significado diferente por ser ante un exequipo suyo. «Era un reto especial, porque conozco perfectamente su manera de jugar y además ya habíamos estado a puntito de eliminarles en la Copa Xunta hace dos años, cuando quedamos 2-1». Por todo ello, lo valora como «un paso adelante personal y deportivo para que Vigo disfrute de este deporte».

¿Es factible pensar en seguir avanzando en la competición?

El próximo oponente, que conocerán hoy, será nuevamente de la élite. «Voy a ponerle unas velas a Santa Rita para que nos toque el Inter», bromea. No esconde que quieren un rival de máximo nivel, preferiblemente ese o el Pozo, y al mismo tiempo recuerda que quien venga lo hará advertido del currículo de matagigantes que ya tienen en su haber.

¿Puede ser este el año del ascenso?

La meta del Bembrive sigue siendo el ascenso a Segunda, para el cual la Copa no puede ser una distracción. «Somos menos y tendremos que jugar de otra manera, sin exponer tanto. Pero llevamos dos años quedando segundos y la meta no puede ser otra».