El contenedor que lleva tres meses esperando el Vitrasa

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Vecinos de Pi y Margall denuncian el cambio de ubicación de un colector de basura a la parada del bus

27 mar 2015 . Actualizado a las 11:22 h.

Podría parecer una insignificancia, pero para los vecinos de varios bloques de la calle Pi y Margall el cambio de ubicación de dos contenedores de residuos sólidos obedece a maniobras caciquiles del Concello y, cuando menos, supone una irregularidad.

Con la humanización de la calle hace cuatro años se colocaron dos contenedores de basura en un espacio destinado expresamente a esa misión. Por si quedaba alguna duda, en el hueco reservado en el suelo entre dos jardineras situadas a la altura del número 102 se hacía constar: residuos.

En ese lugar permanecieron los dos contenedores tres años y medio hasta que, como por arte de magia, el pasado 24 de diciembre desaparecieron de un plumazo. O mejor dicho, desapareció uno de ellos. El otro fue instalado a unos doce metros, en el aparcamiento destinado al autobús urbano, a la altura del número 106. Desde entonces el hueco de los contenedores aparece vacío.

Los esfuerzos de los vecinos por intentar que se imponga la lógica y, por tanto, para que cada cosa vuelva a su sitio, han resultado infructuosos.

En lo que va de año han entregado en torno a una quincena de escritos en el registro del Concello sin éxito, han llamado en reiteradas ocasiones al 010 y han solicitado entrevistas con el alcalde y con el concejal de Limpieza, Ángel Rivas.

Fernando Fernández, uno de los vecinos, relata su odisea para intentar solucionar el asunto: «Estuve un mes y pico yendo a la concejalía y la secretaria me decía: 'El concejal no está, la agenda la lleva él personalmente'. Hasta que un día que Rivas se encontraba en su despacho la misma secretaria me respondió que estaba muy ocupado y no podía recibirme. No hice caso, entré y llamó a la Policía Local. Entonces le dije a Rivas: 'No puede ser, recibe al capitalista y no al pueblo'. Y me fui». Al cabo de un mes una llamada le avisaba de que sería recibido por el concejal el 17 de febrero. «Me dijo que estaban haciendo un estudio y que había que cumplir la ordenanza», relata Fernando.

Los vecinos de Pi y Margall no salen de su asombro al comprobar durante tres meses que el único que incumple las normas es el propio Concello al tener el contenedor en la parada del bus, mientras su verdadero espacio permanece muerto.

Desconocen los motivos del cambio y para demostrar que su petición no es ningún capricho ni pretende perjudicar a nadie sugieren, como mal menor, que se elimine una de las dos plazas de vehículos existentes (a la que se suma otra destinada a discapacitados) y se coloque en ella el contenedor. No obstante, creen que no dejaría de ser una chapuza después de gastar el dinero en la humanización.

Menos servicio

A las quejas anteriores se suma la de haber reducido el servicio a la mitad, al eliminar uno de los dos contenedores existentes, sospechan que para no ocupar más espacio en la parada del autobús. Esto provoca que en muchas ocasiones la basura tenga que depositarse en la acera con el consiguiente perjuicio.