El artista domado

Jorge Lamas Dono
Jorge Lamas EL ÁTICO

VIGO

25 mar 2015 . Actualizado a las 09:37 h.

¿Qué fue de aquel espíritu transgresor y rebelde que se le suponía al artista hasta no hace demasiado tiempo? ¿Qué pasó con aquellos creadores reflexivos que apuntaban sin piedad con sus pinceles y plumas hacia el despropósito del déspota? ¿Dónde se encuentran aquellos cuya misión es mantener ardiente la llama de la crítica nacida de la razón y expresada a través de su relación con las artes? ¿Es que ya es más importante el medio de expresión que su contenido? ¿Llega con decir soy artista porque domino una técnica? ¿Quizá la vanidad ha subyugado la independencia? ¿Hay alguien ahí fuera que grite artísticamente contra la estupidez reinante en nuestras calles? ¿Qué honestidad puede caber en un discurso pagado por el poder? ¿Llega con mantener una pose intelectual para serlo? ¿Quién maneja tu barca, quién?

Las preguntas se agolpan sin mesura alguna ante lo que está ocurriendo en esta ciudad desde hace unos años. Ya casi nadie protesta. Tan siquiera hay ya quien critique públicamente. ¿Cuándo fue la última vez que un artista salió en los medios de comunicación contando las verdades del barquero? ¿No es más habitual verlo junto al que manda? Encantados están muchos ante la llamada amiga procedente de la torre de Sauron. Llenos de gozo andan muchos por haber sido elegidos como participantes en la campaña decorativa artellada por el que lo decide todo. ¿No serán, de este modo, cómplices del desprecio por la cultura que ha experimentado esta ciudad desde que hace cuatro años manda «el de la ciudad hermosa»?

El «viva quen vença» sigué siendo una opción vital, aunque no casa con la vida artística. Más bien está relacionado con el artista domado, el pesebrero que ha optado por la comodidad frente a la honradez. Claro que también es cierto que los tiempos son más virtuales que virtuosos.

jorge.lamas@lavoz.es