El oso «Pelayo» ingresará en un hospital veterinario por una herida que arrastra desde hace años

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vazquez

El oso del zoo de Vigo nunca llegó a recuperarse totalmente de una operación en una pata y ya ha tenido varias recaídas

05 feb 2015 . Actualizado a las 08:14 h.

Pelayo, uno de los dos osos hermanos del zoo de Vigo, ingresará hoy o mañana en el Hospital Veterinario Universitario de Lugo Rof Codina debido a la infección que arrastra desde hace años. Una herida en la pata trasera derecha le supura de forma intermitente y deja al aire un olor y una apariencia desagradable. Los tratamientos de los profesionales del recinto solo consiguen apaciguar la lesión de forma temporal y el animal recae cada dos por tres.

Tal es el aspecto que presenta, que numerosos visitantes se han dirigido en este tiempo a los responsables del zoo para alertarles del mal estado del animal en la convicción de que no estaban enterados. Esto ha obligado a los cuidadores a colocar desde hace un año un panel informativo junto al oso en el que se explica por qué tiene la herida para evitar más comentarios y alarmas.

Todo empezó hace unos cuatro años con un incidente en el interior del recinto, del que no se llegaron a conocer los detalles. Posiblemente alguien al entrar o salir del espacio le pilló la pata trasera y actuó como una guillotina. En cualquier caso, nunca se supo a ciencia cierta lo que había ocurrido. Ya entonces tuvo que ser intervenido en el Hospital Rof Codina de Lugo y la herida nunca llegó a cicatrizar del todo, lo que obligó a trasladarlo más veces al centro sanitario y a aplicarle tratamiento cada dos por tres en Vigo para frenar la infección. Ahora Pelayo volverá a viajar de nuevo para pasar por el enésimo intento de acabar con esta pejiguera.

Una vez que el zoo ya cuenta con los permisos correspondientes de sanidad animal para su traslado, la idea es que ingrese como muy tarde mañana para someterle posiblemente a un injerto. De momento se desconoce cuánto tiempo permanecerá ingresado. Dependerá de su evolución y ni los profesionales de la clínica ni menos aún los del zoo quieren que el oso continúe con el mismo calvario que hasta ahora.

Pelayo llegó al zoológico de A Madroa con su hermano Brais hace casi una década con apenas un año y procedente de Asturias, de ahí su nombre en homenaje al primer rey de los astures. Los dos osos son muy apreciados por los visitantes y figuran entre los animales más fotografiados. Esa admiración es extensible a sus cuidadores, al haberlo visto crecer en las instalaciones.

Lo que menos quieren ahora en el zoo de A Madroa es que la infección del oso se propague y se produzca un desenlace similar al de los monos, que en poco tiempo desaparecieron del mapa.

En ese caso y tras la fuga del mono Nano, el resto de los primates y él mismo, una vez capturado, fueron recluidos durante casi un año en un espacio de dos metros cuadrados. A partir de ese momento, los monos fueron cayendo uno a uno. La primera en morir fue la hembra, unos meses más tarde, siguió el mismo camino Nano y el último tuvo lugar en verano.

Ahora, en su lugar, el recinto es ocupado por lémures de cola anillada, naturales de Madagascar. Los primates aterrizaron en A Madroa las pasadas Navidades procedentes del zoo de Valencia.

La llamada isla de los monos se empezó a construir el 18 de abril del 2005 con un plazo de ejecución de tres meses. Sin embargo, las obras concluyeron un año después debido, entre otros muchos problemas, a fugas de agua.

Tanto esta actuación como las que posteriormente se han llevado a cabo tenían como fin adaptar las instalaciones a la normativa europea. La ley obligaba también a dar un carácter didáctico al zoo, en lugar de limitarlo a un simple muestrario.