La Audiencia oirá las razones de la Fiscalía para no encarcelar al vecino de Mondariz

E.V.PITa VIGO / LA VOZ

MONDARIZ

El septuagenario Enrique Fernández, en la casa en la que vive en Gargamala, en Mondariz.
El septuagenario Enrique Fernández, en la casa en la que vive en Gargamala, en Mondariz. XOÁN CARLOS GIL< / span>

El Ministerio Público se opone al ingreso en prisión por causas humanitarias

04 feb 2015 . Actualizado a las 13:54 h.

La Segunda Sección de la Audiencia de Pontevedra ha pedido la opinión de la Fiscalía sobre el ingreso en prisión del septuagenario casi ciego de Mondariz, lo que retrasará su decisión sobre si declara firme la orden de captura. El hombre fue condenado por lesionar en un dedo a su sobrino en una riña familiar por el reparto de una herencia y el pasado 19 de diciembre se le acabó el plazo para entrar voluntariamente en la penitenciaría de A Lama. El abogado del convicto, que sigue su vida en una casa de la parroquia de Gargamala, presentó un recurso hace unos días contra el auto de búsqueda y captura y pide que suspenda el ingreso mientras que el Gobierno decide si le concede el indulto.

Todo apunta a que la decisión final sobre el auto de ingreso en prisión se retrasará varios días más aunque la Audiencia tenía dos días de plazo para ventilarlo.

La sala ha pedido a la Fiscalía que informe sobre si acepta la suspensión del ingreso en prisión del vecino de Mondariz o lo descarta. El tribunal está a la espera de lo que diga el Ministerio Público pero, todo apunta, a que la acusación se va a reafirmar en su petición de que Enrique Fernández, de 75 años y con una incapacidad del 77 %, se quede en su casa y no vaya a la cárcel.

La fiscala Carmen Novo está totalmente en contra de ingresar al septuagenario por «razones humanitarias». Hace unos días, Novo explicó que inicialmente ella recomendó el ingreso en prisión del vecino pero luego cambió de opinión al leer el informe forense que detallaba los problemas visuales del hombre, que necesita ayuda para comer y un cuidador para prestarle apoyo en su actividad diaria. Considera que el condenado no se podría valer por sí mismo en la cárcel, tanto por su edad como por su minusvalía y propuso la suspensión.

Sin embargo, la Audiencia continuó con su orden de prisión, para sorpresa de la Fiscalía y de la defensa, que no recibieron notificación del auto hasta ahora.

La orden de prisión se produjo porque el condenado no paga una indemnización de 30.400 euros a su sobrino herido pero la defensa sostiene que cada mes, la Justicia le quita al septuagenario cien euros de su pensión para abonar la compensación a su víctima. Además, la Justicia le habría embargado la herencia, que ni ha aceptado ni repartido.

La batalla legal se remonta a las 19.00 horas del 24 de junio del 2008, cuando se produjo una discusión entre el acusado Enrique Fernández, sin antecedentes penales, y su sobrino Manuel. En el transcurso de la riña, Enrique, esgrimió un cuchillo de 30 centímetros de hoja y se lo intentó clavar a su sobrino en el abdomen. La víctima, para intentar esquivar e1 golpe, agarró el arma con la mano izquierda y se cortó, al tiempo que le daba golpes con su hombro para evitar la agresión. Al no lograr desarmar a su tío, forcejeó con é1 hasta que llegó su hermano Óscar, que se abalanzó sobre ambos y los tiró contra un fregadero. Logró que Enrique tirara el cuchillo al suelo.

A consecuencia de esta agresión, Manuel sufrió una herida inciso contusa en la mano izquierda que consistió en una amputación incompleta del pulgar izquierdo.

El acusado mantuvo en el juicio su inocencia y dice que fue él quien tuvo que coger el cuchillo para defenderse de los puñetazos que le propinaban sus sobrinos. Sin embargo, varias sentencias han dado la razón al agredido.

El septuagenario vive en precaria situación en una casa de su parroquia de Gargamala, cuidado por media docena de vecinos que hacen guardias para estar con él. Enrique Fernández espera a que la policía lo vaya a buscar para llevarlo a prisión, algo que asumirá si fallan todos los recursos.