De dentro y de fuera

Jorge Lamas Dono
Jorge Lamas EL ÁTICO

VIGO

27 ene 2015 . Actualizado a las 00:59 h.

Es inagotable este hombre y me temo que la cosa irá a más conforme nos acerquemos a las elecciones. El otro día decía el alcalde que la gente -aludiendo a quienes criticaban la colocación del barco en la rotonda- no sabía que el mar estaba a trescientos metros de Coia, que quizá era debido a que muchos venían de fuera y, claro, no lo sabían. ¿Venían de fuera? ¿Dónde es fuera? Fuera y dentro son dos conceptos que en Vigo no se estilan salvo en un círculo tan estrecho que no tiene ningún eco. Porque de fuera somos todos en esta ciudad. Incluso, si nacemos frente a la concatedral. Los que nacen en Teis o Lavadores siguen diciendo que van a Vigo. Es decir, son de fuera. Como le ocurría a Zelig -aquel personaje de Woody Allen que si estaba en un club de jazz en Harlem se convertía en un trompetista negro, y si pasaba por una sinagoga le empezaban a crecer los tirabuzones y se daba golpes en el pecho-, Abel Caballero se mimetiza con el entorno siempre que huele votos. En esos casos, es más de San Roque que nadie, más marino que un pulpo o más del Celta que Handicap. En otras palabras, es más de dentro que la plazuela del Peñasco. Pero es que además, cuando realizó aquellas desafortunadas declaraciones, añadió que Coia tenía a trescientos o cuatrocientos metros el mar. Y digo yo que debe de venir él de fuera porque desde siempre Coia tuvo mar, una línea costera adornada con una espléndida playa que partía de San Francisco y remataba en la curva de San Gregorio para empalmar con la playa de Bouzas. En aquel arenal de Coia peleó Pedro Madruga contra los vigueses, y la batalla pasó a al historial como la del Areal de Coia. Pero también es sabido de todos que el Celta jugaba en el campo de Coia, que estaba frente a Barreras, en el litoral. Así que señor alcalde, Coia no es que esté cerca sino que tiene mar. ¿Será que viene de fuera? La parroquia de Coia tiene una línea de costa prolongada jorge.lamas@lavoz.es