Gondomar despide a los Reyes con sones de pasacalles y paso marcial

Monica Torres
m. torres GONDOMAR / LA VOZ

MOS

El certamen forma parte ya de la celebración navideña de la villa y arrastra a cientos de vecinos de otros municipios.
El certamen forma parte ya de la celebración navideña de la villa y arrastra a cientos de vecinos de otros municipios. M. moralejo< / span>

El único certamen de rondallas al aire libre reunió a un millar de músicos

07 ene 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

La magia de la noche de Reyes continúa hasta el mediodía en Gondomar. De forma ininterrumpida durante los últimos 33 años, el estruendo de los tambores, gaitas y panderetas despiertan al municipio a las diez en punto de cada 6 de enero. Con sones de pasacalle y a paso marcial cerca de un millar de músicos de una decena de rondallas avanzaron ayer por el centro del municipio.

Como manda la tradición, noctámbulos y madrugadores se reencontraron en la calle para tomar el tradicional chocolate con churros. Imposible dormir por el atronador estruendo de uno de los certámenes de rondallas más antiguos de la provincia y el único al aire libre, pero el ambiente en la villa evidenció, una vez más, el arraigo y el gusto de sus vecinos por esta tradición que les obliga a prolongar la fiesta hasta enlazar con las típicas comidas familiares. Así que entre la medianoche y las primeras horas del alba llegaron los Reyes Magos a las casas de Gondomar y, poco después, las rondallas tomaron literalmente las calles.

Los desfiles discurrieron por las calles Eduardo Iglesias y Urzaiz, donde los vecinos seguían a pie de calle el espectáculo. La primera en salir fue la de San Salvador de Louredo y, con un intervalo medio de quince minutos, se fueron incorporando las demás rondallas. Fueron diez en total, ya que además de la de Louredo, repitieron este años las de Santa Eulalia de Atios, Pontellas, Santa Eulalia de Mos, Vincios, Helios de Bembrive, Peña do Freixo, Valladares, Santiago de Parada y Evade. Un maratón de folclore tradicional de casi cuatro horas que tuvo como escenario principal la calle Eduardo Iglesias y el entorno del ayuntamiento.

En medio del recorrido, cada agrupación representó una selección de temas, acompañados de divertidas coreografías. Pasodobles y pasacalles fueron los protagonistas del repertorio matutino si bien hubo también otras piezas de corte más moderno que también agradaron al público.

El tiempo fue benévolo con una de las tradiciones navideñas más arraigadas en la villa e incluso las gélidas temperaturas de las primeras horas animaron al baile. Nuevamente, el intercambio de insignias y saludos de los abanderados, marcando así la entrada y la salida de las rondallas, constituyó uno de los momentos más espectaculares de la jornada. Este saludo es un símbolo del hermanamiento cultural entre los colectivos participantes y el único requisito que impone el Ayuntamiento.

Se estima que la fiesta reunió ayer a unas 2.000 personas en la calle. Fue una jornada tranquila, llena de tradiciones, sin incidencias pese a la aglomeración de público. La fórmula ronda, rondalla, Reyes y roscón sigue siendo la más popular.