Las catas arqueológicas podrían confirmar datos obtenidos en Canceleiro
19 dic 2014 . Actualizado a las 10:13 h.Continúan las catas arqueológicas en la calle de García Barbón tras haberse localizado días atrás restos tantos estructurales como móviles pertenecientes a época romana. La ubicación de la estructura pétrea, la más alejada del yacimiento de Rosalía de Castro de cuantas se han hallado hasta la actualidad, arroja un punto de mucha trascendencia para los arqueólogos, muy interesados en delimitar el área arqueológica de la zona de Rosalía de Castro.
Si esto ya es un elemento importante por sí mismo, se le une también la oportunidad de sondear en una zona en la que existen sospechas de que pudo tener una orografía totalmente distinta a la actual. Algunos arqueólogos especialistas en la romanización en Galicia mantiene la hipótesis de que hace dos mil años en la calle de García Barbón existía un pequeño acantilado de unos tres metros de altura.
La hipótesis nació hace un par de años durante la excavación perceptiva en un solar situado en la esquina de Canceleiro con García Barbón. Los expertos consultados por este periódico señalan que en ese punto de la calle se produce «un cambio muy interesante entre el continente y el mar, por lo menos en algún punto de la calle».
Tres metros de talud
En el mencionado solar, situado justo enfrente de donde actualmente se están realizando las catas, aparecieron arenas de playa a unos tres metros de profundidad. Los arqueólogos contrastaron este dato con otro recogido anteriormente frente a las ruinas de La Metalúrgica, donde la roca está en superficie. Estos dos datos permiten a los especialistas apuntar a que, como mínimo en un pequeño tramo de la calle, hubo un nivel natural de unos tres metros.
Al igual que ha ocurrido ahora, en el solar de Canceleiro también aparecieron elementos cerámicos de época romana, aunque ninguna estructura. Las catas que ahora se están realizando podrían ayudar a consolidar la hipótesis iniciada en el solar de Canceleiro.
Toda la zona del Areal ha experimentado notables cambios orográficos durante estos últimos dos milenios.