Enfado en el PP tras decidir la Xunta seguir sin Vigo con el bus metropolitano

Juan Manuel Fuentes Galán
Juanma Fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

Figueroa asume que la medida dejaría al grupo municipal tocado: «Era una de las líneas rojas del pacto con Caballero»

19 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Vigo seguirá sin disponer del transporte metropolitano que disfrutan cuatro áreas de Galicia desde hace años ante la imposibilidad de que Concello y Xunta alcancen un acuerdo. Se mantendría la misma situación que en los últimos años, con la diferencia de que ambas partes llevan ocho meses negociando bajo la atenta mirada de un PP vigués que desea más que nadie la fumata blanca.

Por este motivo, la decisión de la Xunta de dar por finalizado el proceso negociador y dejar fuera a Vigo si Caballero no asume el mismo sistema que A Coruña, Lugo, Ferrol y Santiago, disgustó ayer al PP vigués. Según fuentes internas, el grupo municipal es partidario de que la consellería acepte la demanda del alcalde de poner un tope a la aportación municipal, el obstáculo que impide el consenso, o al menos que flexibilice su postura. Consideran que una vez que esté en marcha, sus beneficios y la dinámica que genere garantizará su pervivencia.

La posición del grupo popular del Concello vigués quedó clara en el pronunciamiento que ayer hizo su portavoz. José Manuel Figueroa criticó implícitamente a la Xunta por finalizar el proceso de contactos y en el comunicado que difundió no figura ni una palabra de apoyo a Ethel Vázquez, conselleira de Medio Ambiente. «No hay que escatimar esfuerzos para alcanzar un acuerdo que solvente las dificultades que existen y que no se pueden negar. Hay que resolverlo con diálogo y negociación porque es algo imprescindible que demandan los residentes en Vigo y los del resto de los municipios», se lee en dicho texto.

Pacto tocado

Por si su posición no quedaba clara, el dirigente vigués rechaza que Vigo quede fuera, como amenaza la conselleira. «Mantenemos que Vigo debe liderar el transporte metropolitano pues no se puede desperdiciar una inversión de casi tres millones de euros, algo que los ciudadanos no entenderían».

Y una advertencia final: «El acuerdo sobre este plan era una de las líneas rojas del PP cuando suscribimos el acuerdo presupuestario de este año» con el PSOE y con Caballero. Si se frustra, reconoce, tendría consecuencias políticas negativas para su partido. Por ello, al final se permitió hacer una apelación al alcalde para que «haga une esfuerzo mediante la negociación y se logre un acuerdo», cuando lo evidente es que las negociaciones están interrumpidas.

Pese a esta demanda de Figueroa, nada hace indicar que el regidor vigués tenga intención de modificar su posición. En síntesis, consiste en que la Xunta acepte un tope de 260.000 euros a la aportación anual del Concello. Sin embargo, la consellería aduce que no puede cambiar en Vigo un plan que se aplica igual en toda Galicia.

En las demás áreas, al finalizar el año Xunta y concellos hacen cuentas, asumiendo las arcas autonómicas el 80 % del coste y cada ayuntamiento el 20 % restante generado en su respectivo término municipal. Vigo tiene miedo de que la cuenta sea muy superior y Santiago contesta que habrá que esperar a ver lo que ocurre. Y por ello no pactan.

Caballero reacciona

La postura de firmeza de la Xunta fue mal recibida por Caballero, quien ayer amenazó con acudir a la Justicia. «Los vigueses tienen el mismo derecho que el resto de los vecinos de la comarca. Si no es así, nos veremos en los tribunales», declaró el alcalde vigués a los periodistas.

Caballero se mostró sorprendido por la decisión de Ethel Vázquez «que ahora dice que van a materializar el plan sin Vigo, lo que antes consideraban imposible». A su juicio, se trata de una decisión marcada por la cercanía de las elecciones municipales «y quieren resolver antes el problema que tienen los concellos vecinos, singularmente el de Redondela y sobre todo Chapela». Entiende que más que una decisión tomada «son palabras para pasar esta etapa electoral y aguantar hasta mayo». Reiteró también su acusación de que la conselleira se niega a aceptar el tope que pide Vigo «porque en A Coruña no existe y su alcalde se opone a que lo tengamos».

Ayer, el día después de este pulso, fuentes de la consellería rebajaron la tensión asegurando que «hay plena disposición a hablar con el alcalde cuando quiera». Eso sí, dejando claro que el tope es inasumible («Vigo no tendrá un acuerdo distinto al resto de Galicia») y que si finalmente no lo hay «los perjudicados serán los vecinos de Vigo».