«Un paciente llamó porque le dolían los ojos de ver la tele durante toda la tarde»

La Voz

VIGO CIUDAD

22 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Lleva 28 años como conductor en el servicio de urgencia del 061 y en ese tiempo David Fernández ha visto de todo. Entre las anécdotas más curiosas que se ha encontrado recuerda una muy graciosa: «Un paciente llamó porque le dolían los ojos de ver la tele durante toda la tarde». Tampoco faltan aquellos que acuden al servicio por un simple catarro.

Por las mañanas suelen tener más llamadas que por las tardes y, sobre todo, de personas mayores. «Ya no es solo que haya más gente mayor, sino que conocen el servicio y están contentas con él», explica. Esto tiene mucho que ver con la mejora de la atención en los últimos años, incluido el tiempo de respuesta. «Ahora, la media de tiempo que tardamos en llegar es de siete minutos. Si es en el centro pueden ser tres o cuatro y si se trata de la zona más lejana, Saiáns, supone trece o catorce», añade el profesional vigués.

Reconoce que hay bastante trabajo, pero, dice, es difícil que no haya un vehículo libre porque la asistencia es bastante eficaz. De hecho, según David Fernández, «no se suele morir nadie en la ambulancia porque si el paciente se pone mal envían a la medicalizada». En la actualidad existen dos. Una con base en Vigo y otra en Mos (en O Rebullón). Las no medicalizadas son seis para atender el servicio de día y tres para la noche.

Una de las cosas que más le han sorprendido al conductor en el tiempo que lleva al frente del volante es la evolución y mejora que ha tenido el servicio con los años: «Se agilizó más y también hay más profesionalidad porque se forma a los trabajadores en urgencias». Ahora van dos personas en la ambulancia que son técnicos asistenciales. Antes era la gente la que ayudaba, las camillas no tenían patas y había sillas dentro del vehículo para manejarse.