519 euros por un puesto de castañas

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

José Nieto asegura que tendrá que dejar su trabajo en la caseta de plaza de España ya que el Concello ha subido el recibo mensual en más de un 30%

01 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

José Nieto Herrador lleva cerca de 40 años vendiendo castañas. «Se dice pronto, pero aún era un chaval cuando empecé con un puesto en la calle Lepanto, en la época en la que levantaron el Scalextric». El castañero recuerda que por aquel entonces pagaba mil pesetas al municipio en concepto de tasas, pero mucho ha cambiado el cuento desde 1976. Tanto, que el mercader está a punto de tirar la toalla y con ella, las castañas que trata de vender a los vigueses. Las cuentas no le salen. Los impuestos por venta ambulante han ido subiendo cada año, pero el incremento del pasado a este ha dejado a Nieto helado, a pesar de que la temperatura media en octubre ha rondado los 24 grados. «En el 2013 pagamos 372 euros al mes por el espacio de 2 por 2 metros que ocupamos, que ya era mucho, pero es que ahora nos piden ¡519! Y eso no hay bolsillo que lo resista. Voy a tener que cerrar», lamenta el hombre que es ya un clásico en la plaza de España, donde se instaló en el 2002.

La temporada está siendo complicada para el gremio. Entre los impuestos y el calor, los profesionales que viven de un trabajo tan dependiente del tiempo están desesperados con el cambio climático. «Además también subió lo que pago por la caseta de madera. De 175 euros que abonaba a Las 5 Jotas ahora me piden 250 euros». Al cúmulo de desgracias se suma una temporada funesta para la castaña. «Hay poca y yo compro de la buena, a 2,50 euros el kilo. La traigo de la zona de Verín y sigo vendiendo la docena a un euro. Yo no he subido los precios porque entiendo que la cosa está muy mal», se jacta.

José Nieto es vigués de nacimiento y la venta ambulante es su fuente de ingresos. «Con la castaña solemos estar tres meses, de octubre a diciembre. Los dos primeros ya los hemos pagado y ya compramos la leña, pero este año dudo que podamos abonar el tercero, porque perdemos dinero», argumenta el comerciante, que el resto del año vende bufandas en los alrededores del Estadio de Balaídos y sombreros en diferentes ferias.