Venecia

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

VIGO

31 oct 2014 . Actualizado a las 09:33 h.

Yo jamás pisaría Puerto Venecia, el macrocentro comercial abierto en Zaragoza por Eurofund Investments. A mí no me van a ver con el gondolero, cantando tarantelas y paseando bolsas de papel del Primark. Tampoco subiré al futuro Porto Cabral, que proyecta el mismo grupo inversor británico. No me veo remando en su lago artificial con vistas a la ría de Vigo. Si quiero experiencias náuticas, prefiero algo menos prefabricado, como coger el barco a Cangas. No me gustan los «shopping resorts», que les llaman ahora.

Yo no iría nunca a Puerto Venecia, pero sí a la Venecia misma. De hecho, tengo que volar allí en un par de semanas, en realidad en tránsito a otro destino italiano, tras tomar un tren Flecha Roja . En fin, divertido pero un lío. El tema es que me pasé esta semana buscando vuelos. Y una vez más comprobé que, si se puede, muy a menudo compensa viajar desde Vigo. Es más barato, además de más cómodo. Desde Peinador, con Iberia, me pongo en Venecia con escala en Madrid por 231 euros, ida y vuelta. Lavacolla me ofrecía dos vuelos de bajo coste, pero con esperas interminables en Barajas y un precio final de 198 euros. Que parece más económico, pero no lo es. Porque ir en coche a Santiago, más el aparcamiento, son casi 80 euros. Y en tren y autobús no baja de 50 y es una locura, porque no hay conexión directa con el aeropuerto.

Oporto, normalmente, es la mejor conexión para vuelos de bajo coste. El bus de Vigo al Sá Carneiro cuesta sólo 18 euros, ida y vuelta. Es cómodo y hay frecuencias. Y a veces compensa, aunque no en esta ocasión.

Así que a mí no me van a ver mucho por Puerto Venecia. Tampoco por Porto Cabral. Y cada día menos por Lavacolla. Yo, si puedo, me voy por Vigo. Y, si no, por Oporto, que con la hora portuguesa hasta parece que llegas antes.

Yo, si puedo, vuelo desde Peinador y si no, desde Oporto

eduardorolland@hotmail.com