Veinte años de errores es mucho

Hixinio Beiras

VIGO

Llevamos dos décadas advirtiendo del peligro de la privatización de la sanidad en el área de Vigo

23 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Afirmaba Winston Churchill: «Cuando tus vaticinios por fin se cumplan, no se lo recuerdes a quien los negaba, porque no sirve para nada y además es mala educación».

Ahora que leemos en La Voz que Galaria, el antiguo Medtec, la empresa sanitaria incrustada en el hospital do Meixoeiro va a ser disuelta y reintegrados sus efectivos en el nuevo hospital de Vigo, haremos caso a Churchill y no recordaremos que un grupo de profesionales, los sindicatos y la federación vecinal de Vigo nos opusimos desde el principio allá por 1995 a Medtec.

No aburriremos recordando que ello generó en Vigo un creciente conocimiento de las primeras medidas privatizadoras que hoy son un lugar común y un escándalo, así como una fuente de preocupación para la ciudadanía de Galicia y de todo el país. Ni que Vigo mostró cómo defender el carácter público de su asistencia sanitaria y lo ha enseñado a toda Galicia.

Nos oponíamos hace veinte años, como ahora, a una iniciativa peligrosa que anunciaba la privatización mostrando la patita por debajo de la puerta, porque veíamos que se deseaba hurtar a los controles públicos la contratación de profesionales y las compras de tecnología. Todo dentro de una caja negra que lo ocultaba a los propietarios y a los sanitarios. Algo que el Consello de Contas criticó confirmando nuestras denuncias.

Tampoco es necesario recordar que estas políticas que ahora se suprimen fueron diseñadas por el entonces secretario de la Consellería de Sanidade, el ahora presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. Unas medidas presentadas como la panacea, útiles para los profesionales, beneficiosas para los usuarios y económicas para el Sergas. Los mismos argumentos que la Xunta utiliza para convencernos de que entregar el nuevo hospital a la iniciativa privada es, una vez más, beneficioso para los pacientes, para los profesionales y rentable para el Sergas.

Cuando la historia se repite, lo hace como farsa.

Pero en el 2014, de sanidad y privatizaciones sabemos chino; estamos aburridos de demostrar que estamos en lo cierto y que ellos mienten; que los hechos y las evidencias están de nuestro lado. Y también con la lógica de las cosas.

Si no fuera algo serio, sería patético afirmar que será bueno para el nuevo hospital privado de Vigo que el laboratorio se sitúe absurdamente a kilómetros del hospital. El nuevo hospital, entregado de manera ignominiosa a la iniciativa privada, es un error, un fiasco y un engaño a la ciudad de Vigo y una ruina económica para el Sergas. No esperaremos otros veinte años a nuestros vaticinios se cumplan.

Siga usted este otro consejo de Churchill: «A menudo me he tenido que comer mis palabras... y he descubierto que eran una dieta equilibrada».