«Hay que aprender a ser feliz y no obligar a ser feliz»

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

EDUCACIÓN

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El profesor de la Universidad Autónoma de Madrid participa hoy en las XXII Jornadas de Filosofía de Vigo

22 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Las dos caras de la felicidad es el título de la conferencia que desarrollará hoy, a las 17.00 horas, Javier Sádaba, catedrático de Ética de la Universidad Autónoma de Madrid, en las XXII Jornadas de Filosofía que acoge hasta mañana el auditorio municipal.

-¿A qué se refiere cuando señala las dos caras de la felicidad?

-Hay que fijarse mucho en el concepto de felicidad, que tiene su ambigüedad. Se habla en exceso de felicidad en términos un tanto «imbecilizantes» cuando se acaba en la autoayuda, en los manuales para obtenerla a cualquier precio. Hay que recortar bastante el concepto de felicidad para no caer en ese tipo, que a mí me parece un aspecto negativo. Además, los europeos debemos tener en cuenta que hay otros que viven alejados de las condiciones materiales elementales para estar a gusto en este mundo, por lo que hay que tener en cuenta esa parte de sombra, la que se oculta. Por otro lado, uno no puede hablar de felicidad sin tener en cuenta que estamos llenos de dolor. No hay que escatimar nada en la lucha contra el sufrimiento; todos aquellos que coqueteen con el dolor y el sufrimiento hay que «apostrofarles», hay que tacharles y decirles que eso es una auténtica barbaridad.

-¿Podemos reconocer la felicidad en los demás?

-Desde los gestos de alegría que puede mostrar uno hasta la realización de resonancias magnéticas pueden indicar que alguien está en un estado de optimismo. Junto a eso hay un elemento irreductible, la felicidad de Javier es de Javier y ahí no entra nadie.

-Entonces, ¿es algo personal?

-El objetivo de todos es vivir bien, haciendo lo que uno cree que debe hacer y no negándose a los placeres, si no se hace mal a nadie.

-¿Nos obliga la educación y la sociedad a ser felices?

-Estamos equipados para estar bien; el ser humano por genética tiene tendencia a destruirse y también a cooperar. Al mismo tiempo, en el mundo de la cultura, habría que potenciar este tipo de aspectos positivos, tanto en el terreno genético como en el terreno estrictamente cultural. Uno de los grandes defectos de nuestro tiempo es la presión para ser feliz pero de una manera consumista, superficial, como del manual aprenda usted a ser feliz en dos días, creo que eso se está dando con excesiva facilidad. Hay que aprovechar el poco tiempo que estamos en este mundo para encontrar nuestras capacidades. Hay que aprender a ser feliz y no obligar a ser feliz.

-¿Tienen obligaciones los gobierno en ese objetivo?

-Me parece que sobra la expresión derecho a la felicidad, lo que no sobra son los derechos a aquellas condicionamientos que nos pueden posibilitar ser felices. Los gobiernos sí tienen la obligación de crear las condiciones para que los ciudadanos estén lo mejor posible y tengan una vida buena, desarrollando los derechos económicos y sociales.

-¿Está ligada a la moral?

-Creo que sí. El objetivo de la moral es que las personas tengan una vida buena; por un lado, al tener noción de los deberes que se tienen con los demás y, al mismo tiempo, al saber aprovechar los placeres. La moral es el nucleo de la filosofía y, en ese sentido, lo que indica una y otra vez es que hay que vivir lo mejor posible con uno mismo y con los demás. Eso es lo que lleva a la moral a poner de manifiesto la felicidad, la vida buena.

-Eso de «y con los demás» es lo que algunos no entienden.

-Quien solo entienda la felicidad con uno mismo acabará siendo un infeliz. Si no hay un altruismo elemental tampoco gozará lo suficiente como humano que tiene capacidad para estar mejor en este mundo porque está mejor con los demás.

javier sádaba catedrático de ética