Un ama de casa de Baiona alega que vendía heroína para dar de comer a su familia

E.V.PITA VIGO

VIGO

La acusada, que fue pillada al volante de un Audi A4 y con droga en el sujetador, y su pareja llevaban dos años en paro sin ayudas

01 oct 2014 . Actualizado a las 11:20 h.

Un ama de casa de Baiona se enfrenta a 3 años de cárcel por traficar con heroína. La detuvieron al volante de un Audi A4 con tres bolsitas de heroína ocultas en el sujetador y que había adquirido en Portugal en abril del 2013. Llevaba 238 euros que dice que eran para hacer la compra en el supermercado y niega que fueran beneficios del tráfico de estupefacientes.

El juicio ha comenzado esta mañana en la Quinta Sección de la Audiencia y la acusada alegó que vendía drogas porque su familia, con dos menores a su cargo, estaba en una situación económica grave y necesitaba dinero para dar de comer a sus hijos y devolver deudas. Ella y su marido, un marinero, llevaban dos años en paro sin cobrar prestaciones desde el 2010 aunque en el momento de ser detenida en el 2013 su pareja acababa de obtener una ayuda.

La Fiscalía le preguntó por qué conducía un Audi A4 y dijo que se lo regaló su madre cuando sacó el carné de conducir. El piso en que vivía la pareja era de su familia y no pagaban alquiler. «Mi hijo necesitaba cosas, tenía gastos de gasolina», dijo. La mujer iba a comprar la droga a Portugal y luego confeccionaba las papelinas en un monte. Sólo tenía tres clientes, todos ellos toxicómanos. «No ganaba nada, algunos no me pagaban», declaró la acusada al tribunal.

La Guardia Civil de Baiona vigiló los pasos de un matrimonio sospechoso de vender drogas en el barrio de A Anunciada hasta que detuvo a la mujer tras seguirla toda una mañana cuando hacía intercambios de efectos con tres compradores, viejos conocidos de las autoridades. La siguieron luego hasta la frontera de Portugal y la interceptaron de regreso con 15 gramos de heroína en tres bolsas que ocultaba en el sujetador. La conductora confesó y dijo que lo hacía porque no había dinero en su casa y se vio abocada a traficar por la necesidad aunque pensaba dejarlo porque no le gustaba esta actividad.

Actualmente, la acusada, que no padece ninguna adicción a las drogas, trabaja como vendimiadora.

La Fiscalía aceptó la atenuante de confesión y rebajó su petición de pena de 5 a 3 años y una multa de 1.000 euros. Dijo que la mujer era «valiente» y loable su confesión pero que no podía bajarle más la pena porque no era consumidora de drogas, por lo que tendría que ingresar en prisión. Recordó que fue pillada «in fraganti» y que las ventas no eran un hecho esporádico.