Benestar Social alerta de que hay 700 familias en situación límite

Juan Manuel Fuentes Galán
Juanma Fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

Las colas para pedir el cheque social fueron constantes.
Las colas para pedir el cheque social fueron constantes. m. moralejo< / span>

Pese a ello, el cheque social sigue atascado tras concluir la plazo de entrega

21 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La gravedad de la crisis económica afecta de manera especial en Vigo a 700 familias sin ingresos «para as que é vital a atención das traballadoras sociais». El dato ha sido puesto de manifiesto por responsables de Benestar Social en reuniones internas del Concello coincidiendo con los problemas de este departamento, afectado por las bajas de personal por estrés y ansiedad ante la carga de trabajo que soportan y en medio de las protestas de organizaciones sociales por el retraso en la concesión de las ayudas municipales..

Las quejas se han incrementado esta semana al concluir el plazo para la entrega del cheque social (2.000 solicitudes), sin que tal hecho se haya producido y mientras el gobierno municipal guarda un completo mutismo sobre el asunto. Algo parecido ha ocurrido con las becas de comedor y de libros escolares, que empiezan a adjudicarse dos semanas después de comenzadas las clases mientras sale a la luz que hay una lista de espera que afecta a 786 solicitantes.

Pese al silencio que guarda el gobierno local se sabe de su preocupación y de las prisas que mete a Benestar Social, conscientes de las protestas que va a generar este retraso. No obstante, ni el alcalde, Abel Caballero, ni la concejala responsable, Isaura Abelairas, han considerado conveniente informar de un atranco evidente y con consecuencias.

El programa del cheque social pretende hacer frente a casos de extrema necesidad que reclaman al Concello una ayuda para el pago de la vivienda, compra de alimentos o recibos de luz o agua. Las noticias que se conocen son que el departamento de Benestar Social casi al completo está dedicado a este asunto, que consideran prioritario. Pero nada más, no existe ficha de resolución y previsiblemente podrá llegar avanzado el mes de octubre.

De esta forma se repite lo ocurrido el año pasado, cuando se puso en marcha este novedoso sistema en medio de una gran polémica. En el 2013, la entrega del dinero solo llegó en vísperas de las navidades y eso debido a la presión política y social. El BNG, ideólogo de este proyecto, exigió explicaciones al concejal responsable ante el pleno y los colectivos que ayudan a las personas en situación de riesgo protestaron reiteradamente.

Pese a ello no hubo petición alguna de disculpas y solo a toro pasado el alcalde decidió trasladar su gestión de Participación Ciudadana (a cargo de Santos Héctor Rodríguez) a Benestar Social (a cuyo frente está Isaura Abelairas). Este relevo ha dado una mayor profesionalidad a la tramitación, pero tampoco ha logrado que se respeten los plazos.

En el punto 13.5 de la convocatoria de este año se establece que «o prazo máximo para resolver e publicar a resolución do procedemento non poderá exceder de tres meses desde a publicación da convocatoria no Boletín Oficial da Provincia», tiempo que se cumplió el pasado martes, pero sin novedad alguna.

Sin embargo, el gobierno municipal se cubrió las espaldas ante un incumplimiento que esperaba asegurando a continuación en dichas bases que «o vencemento do prazo máximo sen terse notificada a resolución lexitima ós interesados para entender desestimada por silencio administrativo a solicitud de concesión da axuda». En otras palabras, que no hay derecho a la protesta y si quieres esperar, esperas, y si no asume que no recibirás dinero municipal.

Las 700 familias en situación límite que han detectado los servicios sociales forman parte del pelotón de los 2.000 solicitantes del cheque social y de las 3.000 peticiones de ayudas de emergencia que no logran ser atendidas por el Concello vigués. Desde hace meses estas últimas solicitudes están pendientes de una solución mientras el dinero, 455.000 euros anuales con esta finalidad, se agotó en verano. Ante la magnitud del problema, el gobierno local aprobó una inyección suplementaria de otros 100.000 euros hace unas semanas en la confianza de calmar los ánimos.