Cierran negocios de A Ferrería acorralados por la prostitución

María Jesús Fuente Decimavilla
María Jesús Fuente VIGO / LA VOZ

VIGO

M. MORALEJO

El fin de las ayudas del Consorcio del Casco Vello, las obras de las escaleras mecánicas y el abandono del barrio son otras de las causas

20 sep 2014 . Actualizado a las 12:43 h.

Transcurridos más de dos años del alquiler de locales en la zona de A Ferrería, la prometida dinamización del barrio que iba a seguir a la humanización urbanística se ha quedado en nada. Los únicos que han puesto de su parte han sido los pequeños empresarios arriesgando sus fondos en negocios alternativos de lo más originales. Este abandono, el incremento de la prostitución y las obras de las escaleras mecánicas que comunican la Porta do Sol con esa zona están haciendo mella en los nuevos establecimientos. El primero en caer ha sido Vigo Remember, una galería de arte low cost, también conocida como el Furancho das Artes, situada en la calle Cruz Verde. Este vial se ha convertido en la cuna de la prostitución tras la reforma de la calle Abeleira Menéndez. Pese a las promesas de buscar una solución, ni el Consorcio del Casco Vello ni el Concello se han atrevido a coger el toro por los cuernos ante un tema tan delicado. Mientras que en ambos casos miran para otro lado, los propietarios de los negocios se ven obligados a recurrir a toda clase de iniciativas para atraer a la clientela.

A Tenda do Avó estuvo a punto de echar también el cerrojo como se pudo comprobar hace unos días. Un cartel colocado en el escaparate avisaba de la próxima liquidación y cierre por la imposibilidad de negociar el alquiler con los responsables del Consorcio. Finalmente y ante la esperanza de llegar a un acuerdo con ese organismo, sus responsables han decido aguantar otros seis meses con las puertas abiertas. Al menos, de momento no echarán por la borda los más de veinte mil euros que invirtieron en acondicionar el local.

El convenio suscrito en su día entre el Consorcio y los arrendatarios contemplaba que el organismo pagaría la mitad del alquiler durante dos años, con lo que quedarían en 300 euros al mes. El problema es que ahora, al caducar, los pequeños empresarios no pueden asumir la totalidad.