Dando la chapa

VIGO

12 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Hay que felicitar a la nueva dirección mexicana de Barreras por su buen gusto. Barcos no se hacen. Pero, al menos, se han limpiado los muros del astillero, se ha rascado el óxido y se han aplicado vistosas capas de pintura a sus instalaciones. A juzgar por la mugre acumulada, parece que jamás se hubiese pasado la escoba desde el traslado de la industria a Coia en 1918. Enhorabuena a la nueva gerencia por su civilidad y por su buen gusto.

Lo malo es que apenas se corta chapa. Más bien, se da la chapa. Sobre todo cuando se acercan elecciones. Llevamos ya tres años oyendo que, de forma inminente, Barreras va a recibir una cartera de pedidos inconmensurable. Pero, en cuanto pasa la cita con las urnas, el entusiasmo decae. Y la cruda realidad es que todo se eterniza y, de lo prometido, no hay nada de nada.

En septiembre del 2012, en plena precampaña para la Xunta, el presidente Feijoo anunció el encargo de grandes barcos. Y que Barreras estaría trabajando a pleno rendimiento «en unos meses». Pasaron los comicios y no sucedió así en absoluto. En enero de este año, se celebró una «recreación» de corte de chapa, a cargo de un figurante. Fue un acto político realmente surrealista. Muy similar a ir a inaugurar a un minero picando en una galería o a un cabrero sacando a pastar a su rebaño. La foto resultante era de un humor ácido, propio del cine de Berlanga. Ya en abril, en Navalia, a un mes de las Europeas, el presidente de Barreras, García Costas, dijo que en meses se cerraría «el mayor contrato de la historia», con carga de trabajo para cinco años. Volvieron a pasar las elecciones y estamos en las mismas. Cero patatero. Nada de nada. Por eso, con las municipales en puertas, hagamos un ruego. De acuerdo con que no la corten, pero al menos dejen de dar la chapa.

eduardorolland@hotmail.com