La Xunta reclama más documentación para oficializar el Camino de la Costa

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

En la iglesia de Castrelos confluían los dos caminos jacobeos que llegaban a Vigo.
En la iglesia de Castrelos confluían los dos caminos jacobeos que llegaban a Vigo. m. MORALEJO< / span>

A la Consellería de Cultura no le parece suficiente el informe elaborado el pasado año por un equipo de expertos

01 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El trabajo de campo realizado por un equipo de historiadores el pasado año, por encargo de la Consellería de Cultura, no ha sido suficiente, y habrá que continuar estudiando la documentación del Camino de la Costa desde una perspectiva multidisciplinar. Es la intención de la Xunta tras analizar los resultados del informe presentado a comienzos de año por el mencionado equipo. Desde la Xunta se opina que para incoar el expediente de oficialización es preciso tener una documentación «muy clara que avale desde el punto de vista jurídico la decisión».

Por su parte, cada uno de los municipios por donde transcurre el camino -o mejor dicho las dos variantes del camino-, deberán adoptar las medidas necesarias para proteger su trazado. «Nosotros ya dejamos protegido el camino en el plan general que aprobamos; hay que ir sumando actuaciones porque la oficialización no llegará de un día para otro», explica Jesús Vázquez Almuíña, alcalde de Baiona.

En este mismo sentido actuó hace años Vigo, al recoger en su catálogo de bienes culturales, incluido en el plan general, las dos entradas del camino en territorio vigués, con un nivel de protección integral. A pesar de esta prevención, el actual alcalde de Vigo se ha ausentado en varias reuniones mantenidas por los alcaldes afectados, no solo del lado gallego sino también procedentes de los municipios portugueses. La decisión de la Xunta de ampliar los estudios es interpretada por algunos estudiosos del camino como una cuestión política basada en el peso de algún municipio, que mantienen una posición contraria al reconocimiento de más variantes que la oficial del Camino Portugués.

La tradición es el principal aval esgrimido por quienes están a favor de oficializar el camino. Opinan que es determinante y que ha dejado un rastro por los municipios costeros. Grato Amor, vicepresidente de Amigos de los Pazos, es uno de los principales estudiosos y defensores de este tramo del camino. «Fue en 1984 cuando, en un encuentro de investigadores portugueses y gallegos, se habló de varios caminos portugueses», recuerda. Grato Amor considerada que no habrá grandes movimientos en esta cuestión debido a la lejanía del próximo año jacobeo. «Yo recomendé a los alcaldes de los municipios por donde pasa el camino, que hicieran una vez al año una gran peregrinación a Santiago para mantener vivo la tradición y las motivaciones», dice el vicepresidente de la asociación que más ha hecho por el reconocimiento oficial de este camino.

Hace unos años, cuando la Federación de Veciños de Vigo se sumó a las peticiones de oficialización del camino, el presidente de la Asociación Gallega de Amigos del Camino, José Antonio de la Riera decía: «Estos caminos reúnen todas las condiciones para ser considerado Camino de Santiago, su reconocimiento oficial es una decisión política, ya que no hay nada más que añadir a la documentación histórica»

Los estudios realizados por la asociación Amigos de los Pazos señalan la existencia histórica de varias rutas empleadas por los peregrinos que procedían de Portugal. Dos de esos caminos confluyen en la iglesia románica de Santa María de Castrelos. El peregrino portugués tenía la opción de entrar en Galicia, atravesando el Miño en barcas hacia Camposancos. Es el Camino Monacal o de la Costa. Una vez desembarcados en suelo gallego, los peregrinos pasaban por la villa de A Guarda para continuar hacia el norte por Oia, Baiona, Ramallosa, Saiáns, San Miguel de Oia, San Salvador de Coruxo, San Andrés de Comesaña, San Pedro de Matamá y Santa María de Castrelos.

La otra ruta que llegaba a Vigo desde orillas del Miño, entraba en Galicia a través de la villa de Goián, para recorrer posteriormente la parroquia de Santiago de Estás, Tomiño, Vilameán, Santa María de Tebra, Gondomar, A Areíña, Vincios y Valladares para reunirse en Castrelos con el Camino de la Costa. El tránsito debió de ser importante porque durante la Edad Moderna había en Vigo hospitales para peregrinos.