Cuando la vida obliga a reinvetarse

ALBA PÉREZ texto y fotos VIGO / LA VOZ

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ALBA PÉREZ

Cada vez más personas cambian su trayectoria profesional y se arriesgan montando negocios. En Vigo, la situación económica abre oportunidades en el sector servicios tras golpear a la industria

31 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Desde que en el 2007 estalló la burbuja inmobiliaria, y con ella buena parte de la economía del país, el número de personas desempleadas no ha hecho más que crecer. En Vigo, la ciudad más industrializada de Galicia, las consecuencias de la crisis han sido más virulentas si cabe. Cerca de 15.400 personas perdieron sus puestos de trabajo entre aquel año y el 2013, cuando se superaron los 35.000 parados. Ahora son 32.330 los que buscan y no encuentran una oportunidad. Algo se está moviendo. Por ejemplo, personas que deciden reinventar su vida y montar un negocio completamente ajeno a lo que había sido hasta ahora su mundo.

Solo una pregunta rondaba la cabeza: ¿cómo salir adelante? En un mundo globalizado como el de nuestros días aventurarse a emprender supone un coste económico que muchos no se pueden permitir y unos conocimientos específicos que no todos poseen. El abanico de opciones se reduce. Y la mayor parte de los nuevos autónomos tienen que bucear, casi sin oxígeno, entre sectores que no demandan un máster, como puede ser la hostelería o el comercio.

Cambios

Es el sector servicios el que, según las estadísticas oficiales, está registrando el mejor comportamiento en lo que va de año. En parte se puede achacar a la época estival, pero es tendencia más allá del verano. La construcción continúa sin levantar cabeza, la pesca sigue cayendo y en la industria aún es incipiente la llegada de perdidos al naval.

Basta preguntar para encontrar a un operario de un astillero que ha montado una cafetería. O a un ingeniero que, en vez de emigrar a Alemania o Inglaterra como tantos, no le dolieron prendas para ponerse a vender seguros y encaminar su trayectoria profesional hacia algo completamente ajeno a lo que había pensado cuando se formaba.

Se empiezan a dar los pasos que algunos dudaban el año pasado. Según un estudio de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) de Vigo referido al 2013, ocho de cada diez personas que acudieron a esta organización para pedir asesoramientos y que estaban en paro comenzaban a valorar seriamente la posibilidad de iniciar un proyecto por cuenta propia.

El perfil del nuevo empresario que acude a AJE para pedir asesoramiento suele ser el de un hombre, de entre 31 y 40 años de edad que tiene formación universitaria.