Las organizaciones sociales no creen que sea solo un problema de dinero, sino también de estructura, medios y personal. Por eso, en los últimos tiempos, más que pedir un incremento de presupuesto, que también, centran sus demandas en que se aumente la plantilla de trabajadores sociales.
Su argumento se basa en que cuando una persona solicita una cita es habitual que la lista de espera la dilate un par de meses, algo que no encaja con el hecho de que se encuentra en una situación de emergencia.
La prueba de que el personal actual no es suficiente quedó también de manifiesto en la convocatoria del cheque social del pasado mes de julio. Cientos de personas colapsaron una ventanilla especial en la lonja, obligando a derivar solicitantes a oficinas externas y a abrir en horario de tarde.