Adiós Samil

Carlos Punzón
Carlos Punzón PUNZADAS

VIGO

26 ago 2014 . Actualizado a las 11:30 h.

Eduardo Blanco Amor, Francisco Fernández del Riego, Valentín Paz Andrade, Álvarez Blázquez, Ramón de Castro, Cesáreo Vázquez, Enrique Massó, Garrido Valenzuela y Valcarce no fueron capaces de frenar en 1970 uno de los atentados ecológicos más gratuitos que ha sufrido el litoral vigués. «La mano miope de la tecnocracia viene ahora a utilizar los millones del erario público para ultrajar la maravilla que solo a la providencia debemos», clamaban los prestigiados intelectuales y empresarios vigueses «denominados amantes y devotos de Samil» unidos en manifiestos y proclamas contra el proyecto con el que el alcalde Portanet castró la mayor playa de la ciudad.

La alarma activada desde el departamento de Medio Ambiente de la Universidad de Vigo treinta años después para avisar de la previsible desaparición de la playa, tras haberse perdido toda su flora y dunas, no tuvo más suerte que la presión ejercida antes por los apellidos ilustres de la ciudad. Y aunque el Plan General pareció entender el grito de quienes han venido clamando contra el paseo por constreñir gravemente la dinámica de mareas y movimientos de arena de Samil, desde entonces nada se ha hecho tampoco para garantizar su pervivencia.

Hace seis veranos, un Abel Caballero ya rodado como alcalde anunciaba con todo lujo de detalles la cuenta atrás para romper el corsé del arenal. Aseguraba que las obras de demolición del paseo comenzarían de inmediato desde la Fuente y que se extenderían por fases a lo largo del 1,7 kilómetros para que el entorno playero recobrase su forma original. El regidor no encontró problema en la existencia de cafeterías en el trazado a destruir. «Las indemnizaciones no serían muy cuantiosas dado que los plazos en los que caducan son muy reducidos», llegó a decir Caballero en su escenificación de un Samil recuperado con 65 metros de ancho más a sumar a la tirita actual. Derribada As Dornas, este era el momento del Jonathan, pero Caballero prefiere, como sus antecesores, que nadie le eche en cara que ya no puede pasear junto al mar. El Jonathan será el bar del futuro muelle que dentro de 30 años habrá en Samil. Ya verán.

@carlospunzon