Ébola, et voilà

VIGO

23 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Llega el periodista a la redacción y dice: «Tengo dos noticias, una buena y otra mala. ¿Cuál queréis que os cuente primero?». Y enseguida sale el que lo tiene claro: la buena. «Pues nada -responde el de la canallesca a sus compañeros-, tranquilos todos porque es improbable que alguien se contagie con el virus del ébola». «¿Y la mala, entonces?», interfiere otro de los presentes frunciendo el ceño: «Esto... Ejem... Como haya algún infectado habrá que ponerse a rezar: el tema lo llevan en el Meixoeiro y allí nadie sabe nada».

La Consellería de Sanidade ha conseguido que un asunto extremadamente serio se preste a los chistes. Solo en un país de pandereta se pueden hacer las cosas tan mal. Designar un hospital de referencia para tratar a los sospechosos de una enfermedad que tiene en vilo a medio mundo significa algo más que decirlo en un papel. Significa activar un protocolo y comunicárselo a todos los trabajadores, poner al frente a médicos y personal formado, contar con medios materiales...

En el Meixoeiro hay excelentes profesionales sanitarios en muchas áreas (en cardiología y oncología es una magnífica referencia), pero el chiringuito que parece haberse improvisado no mejora su imagen. De hecho, la imagen del hospital está bastante deteriorada por unas humedades en la fachada que han obligado a cerrar camas durante este invierno y que el Sergas, vergonzosamente, sigue sin arreglar. Pero esto cuesta dinero, claro, y vender humo sale gratis. Basta escuchar a los sindicatos médicos y de trabajadores, a los que no se les ha informado, para comprender que aquí se ha improvisado un apaño. Pero lo concluyente de verdad es lo que dice el responsable de patologías infecciosas del propio Chuvi, el doctor Luis Enrique Morano. Este facultativo, que está de vacaciones y al que nadie ha tenido la deferencia de llamar, lleva años reclamando para la población de Vigo una unidad como la de A Coruña, con varios especialistas y camas de aislamiento.

Conclusión: alguien dado a los trucos sacó un conejo de la chistera y dijo «¡Ébola!» en vez de «Et voilà!». Y no es ningún chiste. Que no pase nada, por favor.

diego.perez@lavoz.es