Caballero impulsa una guerra entre las asociaciones de Teis

Juan Manuel Fuentes Galán
Juanma Fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

Premia a la de fiestas con una subvención y un local mientras se niega a recibir a la entidad vecinal por su posición crítica

15 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Es gente que tiene un compromiso excepcional con Teis y nos han pedido apoyo y amparo. Yo les he ofrecido la firma de un convenio para los que efectivamente se dedican a llevar adelante la parroquia». Con estas palabras resumió ayer Abel Caballero su reunión con la Asociación de Festas San Salvador de Teis, cuyo destinatario real eran los vecinos del barrio y también la directiva de la asociación vecinal, a la que ha vetado por sus críticas a la gestión municipal.

Por este motivo los expulsó hace varios meses del local que ocupaban en el centro cívico municipal y se niega a recibirlos y también a firmar un convenio económico. A ello aludía con toda seguridad cuando declaró también a los periodistas que «Teis merece todos los esfuerzos y esta asociación lo hace a cambio de nada, sin recibir nada a cambio, no como otros. Por esta razón le hemos propuesto la cesión de un local para que ejerzan su papel como asociación».

Estas palabras provocaron un gran malestar en la asociación de vecinos, que hace unas semanas denunció en el juzgado al alcalde. El motivo es que Caballero en varias ocasiones justificó la retirada de la subvención municipal de 55.000 euros argumentando que había personas que se beneficiaban de este dinero de manera personal.

El origen de este conflicto se encuentra en las críticas que recibió el alcalde y su concejal de Fomento, el socialista David Regades, por los problemas de las infraestructuras municipales en Teis. Estas protestas incluyeron desde la paralización de la humanización de Enrique Lorenzo a la exhibición de carteles en plenos de la corporación.

En respuesta, Caballero decidió romper toda relación con la asociación, a cuyos dirigentes no recibe y cuyas cartas y peticiones de entrevista son ignoradas sistemáticamente. El momento más tenso se vivió en abril al expulsarles del centro cívico, lo que provocó manifestaciones semanales por el barrio. Sin embargo, el alcalde no cedió y, respaldado por el PP, aprobó el presupuesto sin la subvención a la asociación.