En los últimos 20 años fracasaron dos intentos para recuperarlo

J. L. VIGO / LA VOZ

VIGO

Cuíña y Príncipe firmaron un convenio por el metro.
Cuíña y Príncipe firmaron un convenio por el metro.

Carlos Príncipe propuso en ambas ocasiones la idea del metro ligero

09 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«El futuro del transporte en una ciudad de tamaño medio como la nuestra es el tranvía, entendido como el metro ligero, es decir, con una vía del siglo XXI y con tráfico separado», afirma Carlos González Príncipe. Tanto cuando fue alcalde como cuando regresó al gobierno de la ciudad en coalición con el BNG, Príncipe impulsó en dos ocasiones proyectos encaminados a la recuperación de este medio de transporte.

En 1990, a falta de cuatro años para la conclusión de la concesión del transporte público que tenía Viguesa de Transportes S.A., el gobierno presidido por Carlos Príncipe publicaba el pliego de condiciones que dirigiría la nueva concesión. El proceso partía con una grave dificultad ya que cuando obtuvo la primera concesión Vitrasa no se incluía la reversión de los autobuses y las cocheras al Ayuntamiento de Vigo.

«En los años ochenta, en las ciudades francesas y alemanas del tamaño de Vigo se estaba recuperando el tranvía como medio ecológico y rentable», recuerda el exalcalde para explicar las razones que les llevaron a incluir en el pliego de condiciones la obligatoriedad de presentar también un proyecto de tranvía.

Vitrasa y GTI-Tranvías Eléctricos de Vigo presentaron sendos proyectos, aunque finalmente fue la primera empresa la que renovó el servicio. «Nos presentamos con el primer operador del mundo de transporte público. Era un metro ligero, un vehículo Bombardier dirigido por el Hispasat», recuerda José Antonio Valcarce, presidente de Tranvías Eléctricos de Vigo. «Pretendíamos que absorbiera la mayoría del transporte público, con lo que se reducía a 56 el número de autobuses en las calles», añade. Aquel vehículo era híbrido y realizaba parte de sus recorrido movido por electricidad y el resto, con un motor diésel.

«Yo espero, está en el espíritu de la sociedad, que cuando salga otra vez el concurso público estemos ahí», añade la cabeza visibles de la empresa constituida en enero de 1912 para emprender la aventura del tranvía en la ciudad de Vigo.

En 1994, Vitrasa renovó la concesión del transporte público, basando su oferta en el autobús. Sin embargo, en 1999, González Príncipe regresa al gobierno de la ciudad, no como alcalde sino como socio del BNG. «Decidí lanzar dos grandes proyectos; el auditorio, que me lo están escarallando, y el tranvía», apunta el pediatra.

En mayo del 2001, Príncipe se reunía el pazo de Castrelos con Xosé Cuíña, entonces responsable de las infraestructuras públicas de la Xunta, para firmar un convenio de colaboración en la redacción del proyecto de metro ligero para Vigo. «Desde que yo me fui no se ha movido un papel», recuerda Príncipe.

La inactividad se instaló en Vigo porque desde el gobierno autonómico, especialmente con el gobierno actual, se adquirió el compromiso de realizar un estudio técnico de metro ligero para Vigo, Santiago y A Coruña. El pasado año, el entonces conselleiro de Infraestructuras, Agustín Hernández, señalaba que la situación financiera no era la más adecuada. Y ahí quedó.