Estudiantes de Medicina de toda Galicia buscan huesos en Vigo

María Jesús Fuente Decimavilla
María Jesús fuente VIGO / LA VOZ

EDUCACIÓN

Cada semana se exhuman más de cuatro cadáveres, lo que permite hacerse con piezas de todo tipo

06 jul 2014 . Actualizado a las 14:51 h.

Universitarios de todas partes de Galicia acuden a los cementerios vigueses en busca de huesos que les faciliten el estudio del cuerpo humano. «Viene gente de muchas partes de Galicia porque parece que por Santiago hay pocos», comenta Emilio Conde, sepulturero del cementerio de Teis desde hace treinta y dos años. Constata que antes acudían menos personas a buscar los restos óseos, entre otras cosas, porque había menos estudiantes.

Sobre las piezas más demandadas, añade, depende de la rama que estudien: «Piden maxilares, cráneos, pero la mayoría quieren llevarse todo el esqueleto». Eso en caso de que los haya, porque últimamente andan más escasos. No sucede igual con el osario, que está repleto.

Tantos huesos ha distribuido Emilio Conde entre los universitarios, que más de uno, convertido ya en médico, le ha parado por la calle para recordarle: «Tú me diste los huesos».

Agosto y septiembre son los meses en los que se reciben más peticiones, según comenta Xosé Cabaleiro, otro sepulturero de Teis, quien añade que tras cursar los estudiantes la solicitud con anterioridad, les preparan los restos en bolsas para que se los lleven bien envasados.

Lo primero que tienen que demostrar los solicitantes es que verdaderamente son universitarios, a lo que hay que añadir el visto bueno del Concello de Vigo.

Los sepultureros de los cementerios del área de Vigo exhuman cada dos días un cadáver como mínimo, la mayoría de ellos al caducar el plazo establecido en la inhumación. En el 2013 se levantaron un total de 217, según Sanidade.

«Hay nichos de alquiler en los que al finalizar la concesión la familia no se hace cargo de los huesos y es entonces cuando se guardan en un almacén para dar a los estudiantes. Eso, en caso de que el esqueleto sirva, porque en muchas ocasiones se ha roto o desintegrado y entonces va a parar al osario, donde habitualmente se acumulan en grandes cantidades», explica Emilio Conde.

Lo más destacado de las tres décadas que lleva al pie del cañón es el incremento de las incineraciones, sobre todo, desde el inicio de la crisis: «La gente ahora se incinera mucho más para no tener tanto gasto y porque ha cambiado la mentalidad y piensa que es lo mejor».

Condiciones

El experto sepulturero de Teis no oculta que cuando comenzó le costaba un poco hacer ese trabajo porque, además, lo hacía en otras condiciones: «Ahora tenemos guantes, mascarilla... Antes no había de nada y se pasaba peor, cuando se levantaba el cadáver en esas condiciones realmente se pasaba mal». Confiesa que en la actualidad no piensa en nada, solo se limita a hacer su trabajo «porque con los años uno se va acostumbrando a todo».