Los naturalistas advierten de esta cruel práctica para evitar los nidos
01 jul 2014 . Actualizado a las 09:54 h.La asociación naturalista Anabam ha detectado varios casos de gaviotas mutiladas en la zona de A Guarda. Es la consecuencia de una práctica que comienza a ser demasiado habitual en esta villa marinera. Los vecinos intentan que las gaviotas no aniden en los tejados de los edificios, pero el método no es justificable. Se trata de la colocación de hilos de nailon entrecruzados y que casi no se distinguen; mucho menos desde la calle ya que se sitúan a la altura de los edificios.
Numerosas aves han sido víctimas ya de «esta terrible práctica contra la que no podemos expresar más que nuestro rechazo», confirma el presidente de la entidad, Agustín Ferreira. Los animales no distinguen los cables, por lo que no pueden esquivarlos. Varias gaviotas han perdido extremidades arrancadas al vuelo. El sistema no es siquiera disuasorio, explica Anabam, porque las aves siguen volviendo a los nidos que construyen. Consideran urgente la mediación de la Xunta para frenar esta práctica. «Hay que buscar otros métodos más racionales para evitar que las aves aniden ya que, como hemos comprobado, los hilos no impiden que las gaviotas ocupen los tejados para reproducirse y las consecuencias para estos animales pueden ser terribles».
La asociación naturalista apela también a la sensibilidad de los vecinos. «Vivimos en un puerto de mar y, nos guste o no, forman parte de nuestro entorno. Hay que buscar otros métodos que no supongan daños físicos para los animales», insisten. La semana pasada tuvieron que avisar de nuevos a las autoridades municipales para que liberasen a una gaviota que quedó atrapada en estos «hilos de la muerte», como los han rebautizado.
Anabam entiende que haya personas que no quieran tener gaviotas anidando en sus tejados. «Somos conscientes de las molestias y de los daños que pueden ocasionar, pero poner estos hilos constituye una falta de sensibilidad enorme por el sufrimiento y agonía que pueden causar a unas aves que, ley de vida, tienen que reproducirse como cualquier otro ser vivo. En muchos casos permanecen días agonizando», señala la asociación.
En Baiona no se ha detectado ninguna práctica similar. El edil de Medio Ambiente, Ángel Rodal, explica que «se trata de una especie protegida y que, cuando algún vecino nos notifica que tiene un nido, le informamos del protocolo a seguir». Los propietarios del inmueble en el que se localice el nido, indica, deben contactar con una empresa especializada en la recogida de nidos y sufragar los gastos si quieren que se retire. Hay medidas específicas si ya existen huevos.
Ni en A Guarda ni en Baiona se constata un aumento de la población de gaviotas, aunque sí cambios de hábitos. «Antes estaban en Cíes, venían a Baiona a comer, cerca de los contenedores y del puerto y se iban; ahora no salen de la villa y se han vuelto también más agresivas». Anabam es la promotora, además, de un estudio sobre la evolución de la nidificación que aún está en marcha.