En un año dispondrán además una senda desde el Tamuxe hasta Monçao
12 jun 2014 . Actualizado a las 15:08 h.En el décimo aniversario de la puesta en servicio del puente internacional que une Tomiño con Cerveira, en ambas poblaciones ribereñas no albergan dudas de que han rentabilizado con mucho la inversión. «A ponte fixo que, de ser a esquina sur máis alonxada de Galicia, pasemos a ser o centro da eurorrexión entre Vigo e Oporto; temos presencia e centralidade», considera la alcaldesa tomiñes, Sandra González.
La efemérides de ayer fue una jornada para echar la vista atrás y lo hizo acompañada por su homónimo cerveirense Fernando Brito Nogueira. El encuentro evidenció una andadura paralela y nuevos retos. El de mayor calado es un intento por comunicar sus parques de ribera mediante un paso peatonal que salve el Miño. Sería el séptimo paso internacional entre Galicia y Portugal: una pasarela de menos de cien metros, que es la distancia entre esos dos puntos estratégicos.
«Es nuestro sueño y solo está en ciernes porque aún se va a encargar el estudio ambiental. Es un sueño, pero también lo era en los años 80 un puente que uniera los dos municipios», indica Fernando Brito Nogueira. El resultado sería, apunta la alcaldesa, el mayor parque de estas características de la zona ya que a los 60.000 metros cuadrados de Goián se le sumarían los 300.000 de O Casteliño y la ampliación de este espacio que ya planea Portugal, con un 50 % de sus usuarios procedentes de Galicia.
Los alcaldes coinciden en que la movilidad y las comunicaciones son la prioridad. En la misma línea, Sandra González explica que «os tomiñeses xa temos tren». Y el regidor cerveirense confirma también que el número de usuarios gallegos en la estación lusa se mantiene a la alza. Ambos planean rentabilizar aún más la línea férrea. Antes de un año, habrá una senda peatonal completa de 14 kilómetros, apta también para bicicletas, desde el Tamuxe hasta Cerveira a través del puente internacional y, desde este punto continuará para enlazar con las de Valença y Caminha. Su apertura permitirá recorrer a pie o en bicicleta, por la ribera del Miño, los 50 kilómetros que van hasta el municipio de Monçao.
La Universidad Gallaecia sigue teniendo alumnos gallegos, pero en los últimos años ha habido una sorprendente tendencia que ayer desveló Fernando Nogueira. «Aunque estudien o trabajen aquí, fijan su residencia en Tomiño porque el alquiler es más barato, aquí los de dos habitaciones no bajan de 350 euros».